(Continuación) En el caso de la primavera, esta posición es aquella en la que el centro
del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador
celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Y cuando esto sucede la
duración del día y la noche prácticamente coinciden, de ahí que a este fenómeno
celeste se le conozca con el nombre de equinoccio (del latín aequinoctium (aequus nocte), “noche
igual”).
En general, en los equinoccios, el día tiene una duración muy
aproximadamente similar a la de la noche: doce horas (12 h). Es así porque, en
esa fecha, los dos polos del planeta están a la misma distancia de la estrella
y sólo una mitad exacta del mismo está iluminada. En esos días de los
equinoccios, el Sol nace exactamente por el punto Este y se pone exactamente
por el punto Oeste. Éste es el equinoccio de marzo, de primavera o vernal.
Mirando al cielo: planetas y satélite
De la visibilidad de los planetas comentarles que ésta dependerá. Y así como
la alegría dicen que va por barrios, a los planetas los podremos ver durante
esta estación, según. A lo largo de toda ella y al amanecer, podremos ver a Venus, Saturno y Júpiter que,
además, será visible durante toda la noche al final de la estación. También,
durante toda la primavera, Marte
será visible tras la puesta de Sol.
En lo que respecta a nuestro satélite y sus fases más llamativas, plenilunio y novilunio, las fechas son las siguientes. La primera vez que lo
veremos en esta estación como luna llena
será mañana mismo día 21 de marzo,
dándose las siguientes como siempre 29 o 30 días después. De modo que, si echa
las cuentas, en esta primavera se darán otras tres lunas llenas, a saber: 19 de abril, 18 de mayo y 17 de junio.
Cuatro (4) lunas llenas primaverales para 2019, pero sólo tres (3) de la
otra fase llamada luna nueva, siendo
la primera la del 5 de abril,
seguida de la del 5 de mayo y el 3 de junio, es decir cada 29 o 30 días
como mandan las leyes de la mecánica celeste.
Otras observaciones: eclipses, meteoros y constelaciones
Destacar que a lo largo de la primavera no habrá eclipse de ningún tipo, ni solar ni lunar. Las que sí podrá
observar, aunque no disponga de un telescopio son las lluvias de meteoros que se producen ocasionalmente. Las dos más
importantes de la primavera serán las Líridas, con un máximo hacia el 22
de abril, y las Eta acuáridas, cuyo máximo sucederá hacia el 6 de mayo.
Y claro está, podremos ver esas agrupaciones ficticias de estrellas que
conocemos como constelaciones, una
actividad para la que la primavera, es un magnífico momento ya que no sólo las
noches son aún largas sino porque hace menos frío que en invierno. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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