martes, 5 de marzo de 2019

Ciencia y Machado [CR-30]


Es probable que, nada más verlo y por chocante, lo leído arriba haya llamado su atención ¿Qué es eso de unir en un mismo titular, dicho tipo de conocimiento con semejante apellido? ¿Acaso no sabemos que éste está asociado a Antonio y Manuel, a Manuel y Antonio, que lo mismo da que da lo mismo? ¿Acaso ignoramos quiénes son y lo que representan? ¿Entonces?
Ya, ya, vaya por delante que le entiendo, pero -siempre hay un “pero” en la cesta de la ciencia-, es que en esta ocasión no me refiero solo a ellos, y resulta que los Machado son algo más que los dos hermanos. Compréndame. Existe toda una saga antes y después de ellos, tanto por vía paterna como materna, que conforman una familia sorprendente, muy culta, de gran tradición republicana y con un nostálgico trasfondo andaluz.
Una familia con doscientos años de historia, sin duda la más notable e intelectual sevillana, y que arranca con un gaditano nacido en 1815, Antonio Machado y Núñez, el abuelo de los poetas. ‘El médico del gabán blanco’ como era conocido, y que entre otras actividades también ejerció de geólogo, botánico, antropólogo, ornitólogo, vulcanólogo, republicano acérrimo, alcalde de Sevilla y gobernador de la provincia.

Fue precisamente durante el desempeño de este cargo, cuando llevó a cabo la medición del eclipse solar del 22 de diciembre de 1870, fenómeno astronómico que siguió desde lo alto de la Torre del Oro, donde había situado su observatorio.
Previamente había dispuesto a lo largo de la orilla de levante del Guadalquivir, en posiciones determinadas y precisas, diez parejas de observadores provistos de un modesto equipamiento científico. Tan sólo unos anteojos de poca potencia o gemelos de teatro en su defecto, cristales ahumados, un reloj y papel para anotar con exactitud por dónde y a qué hora estaba proyectada en el suelo la sombra solar.
De esos instantes, en los que el Sol comenzó a cubrirse y las tinieblas cayeron sobre el río y los perfiles de la ciudad, dejó constancia más como hombre emocionado que como riguroso científico. Fue también catedrático de Ciencias Naturales en la hispalense, rector de ésta (es el único que no tiene retrato en los muros de la antigua Fábrica de Tabacos), masón, anticlerical y, ojo al dato, uno de los primeros introductores en España de la Teoría de la Evolución de Charles Darwin.

¿Comprende el titular? Lo dejo aquí por no cansar, pero, que no se me olvide, dicen que fue un gaditano muy simpático y que se casó con Cipriana. A pesar de la brevedad de la reseña, estará conmigo que estamos ante un hombre excepcional. ‘Todo es cuestión de medida: un poco más, algo de menos’, que dijo su nieto Antonio.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 22 de Febrero de 2019, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer.



1 comentario :

Un roteño dijo...

No funciona el ÍNDICE de estas entradas y vendría bien para su consulta. Enhorabuena por esta colaboración.