martes, 25 de diciembre de 2018

‘¡Stille Nacht!’, ‘Frankenstein’ y volcán Tambora (1)

(Continuación) Un vínculo les decía, sobre el que se puede pensar que está traído por los pelos pero que, basta examinarlo con algo de detenimiento, para percatarse de que tienen bastantes puntos en común. De hecho, les traigo hasta tres (3) concurrencias.
Empezando por sus fechas de nacimiento como sucedidos a escala mundial, me refiero al villancico ¡Stille Nacht! ¡Heiligen Nacht! y a la novela Frankenstein. Veamos.
1818. Interpretación y publicación
De ¡Stille Nacht! ¡Heiligen Nacht!, ya comentamos que nació de forma pública el 24 de diciembre de 1818, cuando fue cantada en la ‘misa del gallo’ por su letrista, el sacerdote Joseph Mohr (1792-1848), acompañado de un coro, y teniendo como único instrumento una guitarra tocada por el compositor de la melodía, el maestro escuela y organista Franz Xaver Gruber (1786-1863).
1818, que es el mismo año en el que solo unos meses antes (1 de enero u 11 de marzo, hay discrepancias sobre la fecha exacta de la primera edición), era publicada por la editorial londinense Lackington & Co, la obra literaria Frankenstein o el moderno Prometeo, de la escritora inglesa Mary Shelley (1797-1851).
Me refiero, como es probable que sepa, a la segunda de las tres ediciones que tuvo la obra: la original de 1817, la más descarnada y dura; la modificada de 1818 con la ayuda de Percy Shelley; y la reescrita en 1831 por Mary.
¿A que es buena la conexión? Pues lo mejor es que no se quedan aquí las coincidencias a lo largo del tiempo, ya que también hay similitud en el año en el que fueron escritas, tanto la letra del villancico, como el original de la novela. Me refiero a 1816, es la segunda de las concurrencias, y empiezo por el villancico.
1816. El ‘Año sin verano’ y ¡Stille Nacht!
La génesis de la composición musical empieza con el poema de título ¡Stille Nacht!, que a finales de 1816 escribió el sacerdote Joseph Mohr, por entonces destinado en la iglesia de San Nicolás. Justo al año siguiente, 1817, sería trasladado a Oberndorf, lugar de la primera interpretación.
Un poema que originalmente estaba compuesto de seis (6) estrofas, de las que hoy solo se cantan tres (3), y que compuso en las postrimerías de lo que se conoce como el año sin verano, debido a un severo y anómalo mal tiempo que destruyó cosechas y propagó el hambre y la miseria por medio mundo.
Y que en Europa central vino a agravar aún más, la inseguridad sociopolítica y las penurias que ya habían dejado las guerras napoleónicas (1792-1815). De ahí que Mohr, que había nacido y crecido en medio de la guerra, plasmara en el texto de su poema, un profundo deseo de paz, esperanza y consuelo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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