Desde el punto de vista de la astronomía,
un púlsar es
una estrella de neutrones de muy
alta densidad, que gira de forma muy rápida emitiendo a intervalos regulares y
cortos radiaciones electromagnéticas
muy intensas, relacionadas con su propio periodo
de rotación. La emisión de dichos pulsos viene inducida por el intenso campo magnético que posee.
En la animación de más arriba
pueden ver al pulsar de Vela, resto
de una supernova en la Constelación de
Vela, si bien han de saber que los destellos están ralentizados, pues en
realidad nos llegan once veces por segundo (11 s-1).
Desde la etimología el término púlsar es un acrónimo inglés derivado de
la expresión pulsating star, significa ‘estrella pulsante’, y
puede escribirse desde el punto de vista de la gramática de ambas formas ya que
son válidas: la llana ‘púlsar’ que conserva la acentuación etimológica, y la aguda
‘pulsar’ (pron. [pulsár]).
En lo que respecta al género, y al igual que han hecho la mayoría de los
acrónimos formados por la unión de
elementos de dos o más palabras, púlsar ha adoptado el género masculino a pesar de que la palabra núcleo de la expresión
extranjera abreviada es femenina. Se dice un pulsar, aunque estrella (star) es femenino
Y en cuanto al número, una vez
que el acrónimo se ha incorporado al léxico común, forma el plural siguiendo
las reglas generales, y por tanto son correctos púlsares y pulsares. (Diccionario panhispánico de dudas ©2005 Real Academia Española ©). Los púlsares
fueron descubiertos en 1967 por la astrofísica norirlandesa Susan Jocelyn Bell (1943).
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