(Continuación) Precaución le decía porque la distribución de los números primos sigue siendo un misterio, y todo apunta a la existencia de un inimaginable, por ahora, patrón oculto en su secuenciación. Es así, si bien no es menos cierto que empezamos a vislumbrar su rastro y, lo que es mejor aún, a comprenderla.
Algo tremendamente positivo pues su
entendimiento posibilitaría la creación de algoritmos eficientes para su
factorización prima, lo que sin duda dinamitaría los métodos de cifrado
actuales y nos podrían conducir a otros más seguros. Se piensa que también
revelarían estructuras y patrones ocultos en la distribución aparentemente
aleatoria de los primos que, a su vez, nos llevarían a avances en la teoría de
números y otros campos.
Claro está, dicho esto con caución pues una cosa es la ciencia, que ciencia es y por tanto neutra, y otras sus aplicaciones, que pueden ser buenas o malas, dependiendo de quien las haga; sí le hablo de los ciberdelincuentes. Caución.
En su estudio -publicado en e1 artículo ‘Integer
partitions detect the primes’, 2024 de PNAS- Ken Ono y
colaboradores plantean una conexión inédita entre dos áreas aparentemente
distantes de las matemáticas, las particiones y la distribución de
los números primos.
Un hallazgo que de ser cierto podría redefinir
la comprensión matemática de estos números, cuyo comportamiento errático en la
recta numérica continua sigue siendo uno de los mayores enigmas sin resolver de
las matemáticas. Y eso que se estudian desde hace siglos, pues nada, se
obstinan en seguir guardando secretos que desafían a nuestras herramientas
clásicas.
Un valor teórico le decía, al que hay que añadir el de sus implicaciones que resultan críticas en campos como criptografía, computación o teoría de números. De modo que la relevancia del hallazgo trasciende, con mucho, el ámbito teórico al ser los números primos la base de algoritmos criptográficos como el RSA, utilizado para proteger transacciones bancarias, comunicaciones militares o datos clasificados.
Trato de decirle que la seguridad del mundo
moderno depende de que la factorización de los números grandes en sus
componentes primos resulte un problema computacionalmente difícil, muy, muy
difícil. Como más o menos ha sido hasta ahora pero que la llegada de la
computación cuántica podría alterar y dar lugar a un cambio de paradigma.
Si alguien llegara a construir un ordenador
cuántico lo suficientemente eficiente los actuales métodos de encriptación
quedarían obsoletos al ser violados, y de ahí la urgencia en encontrar
alternativas que aporten salidas como, por ejemplo, las particiones.
Pero bueno, no es mi intención ser catastrofista ni muchísimo menos, vaya por delante que por ahora los sistemas siguen siendo seguros, si bien conviene no olvidar que la mejor defensa práctica ante un futuro escenario no deseable para la ciberseguridad y la computación cuántica, pasa por el ataque de la anticipación teórica. (Continuará).
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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