(Continuación) Me refiero a la que pronunció en el Domingo de Ramos, el Sumo Pontífice Francisco, en la que es su primera Semana Santa como tal, con la procesión de las Palmas: “El sudario no tiene bolsillos”, espetó el hombre de Dios.
“El sudario no tiene bolsillos”
Y lo hizo ante más de doscientas mil (200 000) personas congregadas en la plaza de San Pedro de Roma y calles adyacentes, eligiendo un dicho de su abuela para cargar contra el dinero, la corrupción y el fraude. “Como decía mi abuela: niños, el sudario no tiene bolsillos”.
Una clara alusión para quien quiera entender. Aunque mucho me temo que el sudario de Roma, verdadero como la muerte, al que se refiere el Papa, no es el de Turín, falso como la vida, al que hacen referencia los sabanólogos.