(Continuación) No, no es un mal laboratorio para aprender algo de química la cocina de nuestra casa, y como prueba le apunto algunos otros fenómenos más que, seguro estoy, no han escapado a su ojo avizor.
Sin salir (casi) de la cocina: Densidad y flotabilidad
Ya hemos comentado
esta rareza del agua -la de aumentar de tamaño cuando se congela, a diferencia
del resto de las sustancias- pues bien, no queda ahí la cosa ya que también, y a
diferencia de ellas que al congelarse se vuelven más densas, el agua al
enfriarse disminuye su densidad.
De los tiempos
bachilleres recordar que densidad (d) es una propiedad física indicativa
de cuánto de compactadas están las partículas de una sustancia en un espacio
determinado, que podemos describir como la relación existente entre la masa
(m) o cantidad de materia de una sustancia y el volumen (v)
o espacio que ocupa.
Una magnitud que se calcula dividiendo una entre otro (d = m/v) siendo su unidad en el SI el kilogramo por metro cúbico (kg/m³), si bien también se usa el gramo por centímetro cúbico (g/cm³).
Y precisamente esa
disminución volúmica da lugar a otro fenómeno no menos inquietante pero más que
conocido, el de la flotabilidad del hielo, ya sabe, el agua
sólida flota sobre el agua líquida, no se hunde.
Nada nuevo bajo el sol,
que dijo el clásico, y lo podemos ver flotar cada vez que queramos en un vaso
de agua, es de lo más común y sin embargo, si lo piensa, no lo es tanto.
Seguimos sin salir (casi) de la cocina: Vida insólita y sorprendente congelación
A este respecto físico-químico de la flotabilidad un apunte ahora bioquímico. Gracias a que el hielo flota es posible la vida en ríos y lagos cuyas aguas se congelan, dado que, al permanecer éste en la superficie actúa como un aislante térmico impidiendo que el proceso de congelación continue hacia abajo.
De esta forma,
comportándose como si fuera una manta, aunque en el exterior la temperatura sea
de -30 ºC, debajo del hielo el agua podría estar solo a 1 o 2 ºC lo que posibilita
que sobreviva la vida acuática. A lo largo del tiempo, este singular comportamiento
del agua ha resultado ser muy útil para el desarrollo de parte de la vida en
nuestro planeta, más que útil, vital.
Vital porque, al aislar térmicamente el agua de las capas inferiores, el hielo de la superficie permite que formas complejas de vida puedan sobrevivir y evolucionar bajo él, a pesar de las diversas glaciaciones que han helado la superficie de la Tierra a lo largo de su existencia durante milenios. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.




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