(
Continuación) Como pueden valorar, en aquellos tiempos, la coincidencia de fechas es una buena razón para dar fundamento a la confusión entre festividad religiosa y efeméride astronómica.
Pero esa coincidencia cambió al entrar en vigencia el
calendario gregoriano, impuesto a fin de subsanar o corregir ciertos errores de datación. En parte ya hemos tratado la cuestión por lo que no profundizamos aquí.
Echando números
Las variaciones que de un año a otro se producen en la fecha del solsticio de verano (alrededor del 21), son debidas al modo en el que hay que encajar la secuencia de años según el calendario gregoriano, con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol, o sea, el
año trópico.
Todo parte del hecho que el
calendario juliano consideraba al año trópico constituido por 365,25 días, cuando su duración real es algo menor, de 365,242189.