(Continuación) Una mezcla entre adivinanza y refrán cuya respuesta y significado no son otros que transmitir la idea de la única finalidad de estos animales, la de trabajar, y si ésta ya no se cumple, la de morir y aprovechar su carne siendo su destino el matadero o la carnicería.
Vuelvo
con el par de nexos científicos de esta historia ligados a una fecha y al polémico
escritor de Lolita.
En segunda derivada (científica)
El
primero de estos nexos científicos guarda relación con el año de publicación
de la novela Lolita, 1955, que es el mismo en el que fallece el
relativista Albert Einstein, estamos pues de celebración en este Año del
Señor de 2025, el del septuagésimo (70.º) aniversario.
Claro que, bien pensado, no es la única conmemoración “redonda” a celebrar ya que el físico germano-estadounidense publicó su Teoría de la Relatividad Especial (TRE) en 1905 y la Teoría de la Relatividad General (TRG) en 1915, anni mirabili “einsteniensis”.
Así
que marchando un par de aniversario más: el del centésimo vigésimo (120.º) de
la teoría restringida y el del centésimo décimo (110.º) aniversario de
la teoría de la gravedad; no me negará que se tratan de tres fechas para
“enrocar”.
Por
su parte el segundo nexo está referido a un par de actividades quizás poco
conocidas del escritor. Una su gran afición por ese deporte-ciencia que
es el ajedrez, tanta llegó a ser que incluso le dedicó una de sus
primeras novelas, La defensa de Luzhin (1929-1930).
Otra
es su faceta científica como entomólogo, zoólogo que estudia los insectos, más
en concreto como lepidopterólogo, entomólogo especializado en el estudio
de esta orden de insectos que incluye a mariposas y polillas.
A este respecto -no es lugar ni momento, otro fleco por tanto que dejo suelto- solo pespuntear que Nabokov llegó a publicar hasta 23 trabajos científicos, la mayoría sobre taxonomía e historia natural de varias mariposas.
Palabras alargadas
Aunque su uso no es aconsejable ni en el lenguaje formal ni en el académico, no es menos cierto que suele
aceptarse la práctica de repetir una letra en su escritura, palabra alargada, a
fin de reflejar un cierto sostenimiento en el habla o de expresar emociones
intensas.
Y aunque soy defensor del uso expresivo del lenguaje -es parte de la creatividad natural de los hablantes, sobre todo en los contextos digitales-, es evidente que aún dentro de esta libertad informal, es conveniente respetar ciertas reglas básicas para una correcta ortografía de las mismas. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.




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