Dentro del marco de actividades programadas para el primer trimestre del curso académico 2019-2020, la asociación Cum magno Iubilo ha organizado el ciclo de conferencias por el V centenario de la primera circunnavegación de la Tierra ‘El mar en su laberinto: la primera vuelta al mundo’.
(Continuación) Y recordemos su baja temperatura, lo que
explica que fuera un “fuego que no arde”, ese brillo que se les aparecíaa
los antiguos marineros, en suspensión alrededor de los mástiles, a modo de halo
fantasmagórico y que no producía incendios.
Dentro del marco de actividades programadas para el primer trimestre del curso académico 2019-2020, la asociación Cum magno Iubilo ha organizado el ciclo de conferencias ‘La atracción por lo celeste’.
(Continuación) ¿Qué dice la ciencia del siglo pasado y de
este siglo XXI, acerca de este fenómeno?
‘Fuego
de San Telmo’ según la ciencia actual
Se trata de un fenómeno asociado a la electricidad
estática de la atmósfera, que podemos definir como un resplandor luminoso,
semejante a pequeñas chispas que saltan de los objetos metálicos y punzantes
durante una tormenta intensa, pero que no es un rayo, acaso una chispa
continua llamada descarga de efecto corona que, a diferencia de éste, no
se desplaza sino que se manifiesta en forma de halo luminoso.
Sí, es la solución de Bishop para la estabilidad de la pendiente circular y los diagramas de cuerpo libre asociados. Ya, comprendo que no lo vea como motivo para un tatuaje pero qué quiere, cada uno es cada uno y sus cadaunadas.
(Continuación) Yendo al terreno patrio, aún no está decidido con cual
nos quedaremos, pero ya les digo que la cosa no está clara, nada clara. Por lo
que tengo leído, mientras los legos en este campo de conocimiento hemos votado
que preferimos quedarnos con el de verano -bueno más o menos,
que tampoco se crean ustedes-, los que sí tienen formación en la cosa ésta, los
expertos vamos, recomiendan que sea el de invierno, aunque también entre
ellos hay sus más y sus menos. De modo que tenemos un dividido ‘saber popular’
frente a una fragmentada ‘ciencia académica’, que ya veremos en qué queda.
Ya estoy aquí para comentarles cómo va el asunto del cambio de
hora y hasta cuándo lo estaremos haciendo pues han de saber que, si bien y como
dijo aquél eso depende, lo seguro, seguro, es que éste de hoy no será el último,
no.
De los diferentes convenios humanos metrológicos relacionados con la astronomía que existen, junto
con el del inicio de estación (en este caso tocó
otoño hace aproximadamente un mes) está el del cambio
de hora, más en concreto el segundo de los dos que tienen lugar a lo largo del
año, y que como siempre se efectúa el último domingo de octubre.
¿Recuerdan el pasatiempo de los marineros, el mono y el reparto de
cocos? Pues aquí les ‘enroco’ una solución. Si llamamos N al número inicial de cocos y designamos a los
marineros con las letras a, b, c, d y f por orden de repartición de cocos
(reparto 1, reparto 2,…), desde el álgebra bachillera podemos escribir las siguientes ecuaciones:
Ya que está cerca el nuevo cambio de hora, otro más, les traigo una fruslería relojera combinada con los veinticuatro (24) primeros elementos químicos de la tabla periódica, incluyendo su número atómico, nombre y símbolo.
[*] Introduzcan
en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
(Continuación) Franklin lo explicó utilizando el
concepto de efecto punta, un fenómeno eléctrico que se pone de
manifiesto en los objetos puntiagudos, al acumularse las cargas eléctricas
en sus puntas lo que las convierte en atractores de la electricidad de la nube
hacia la tierra, justo en esos momentos en los que nos acordamos de Santa
Bárbara. O sea, cuando el cielo pinta gris, gris oscuro, gris oscuro casi
negro.
Si la de principios de septiembre era de formulación química, bien está que ésta lo sea de formulación física. Por cierto, ¿le suenan algunos de los dibujos?
(Continuación) Para ir cerrando ya este apartado de
referencias artísticas, no me resisto a apuntarles una más, bueno dos en
realidad, o mejor dicho, una que es doble: cinematográfica y musical.
Me refiero a la película estadounidense St. Elmo's Fire (1985) dirigida
por Joel Schumacher y a su banda sonora St. Elmo's Fire (Man in
Motion) del músico y compositor británico John Parr (1952). Ahí lo
dejo este fleco suelto por si alguien está interesado en hilvanarlo.
Dentro del marco de actividades programadas para el primer trimestre del curso académico 2019-2020, la asociación Cum magno Iubilo ha organizado el ciclo de conferencias ‘La atracción por lo celeste’.
No me refiero por supuesto a los inexistentes restos
crematorios del archiconocido personaje de ficción, creado en 1885 por el
escritor escocés Arthur Conan Doyle. Ya
saben, el inefable Sherlock Holmes. No
a ellas por razones obvias sino a otras, éstas de tabaco, y de las que el detective inglés se jactaba
de tener profusos conocimientos científicos, hasta el punto de haber escrito una
monografía sobre ellas. Un libro imaginario, claro. Les cuento.
Tal como anunciamos, el pasado jueves 17 de
octubre de este Año del Señor de 2019, y en la trianera y mareante Casa de las
Columnas, tuvo lugar la conferencia-coloquio ‘Circunnavegando por Sevilla’,
tercera (3.ª) del Ciclo de Conmemoración a la Circunnavegación, que organiza
la delegación en Sevilla de la Real Liga Naval Española (RLNE) y que, en
esta ocasión, ha tenido la deferencia de contar conmigo para impartirla. Todo
un honor para quien les escribe.
El ejemplar que tengo a mi izquierda sobre la
mesa y cuyo breve títular se completa con el, algo más extenso y aclarador, subtitulo
‘Testimonios de la Carrera Espacial’, es de tapa dura y consta de 224
páginas contenedoras de media docena de artículos inéditos en español, que fueron
publicados en la versión americana de la revista National Geographic entre
los años 1959 y 1969, lo que se dice un decenio, que no una década. Y sus
títulos son de lo más descriptivos por lo que se los refiero, junto a su fecha
de publicación y autor:
Tras las entradas dedicadas hace unos días a la
matemática Julia Robinson, de soltera Bowman, y su relación con
las ecuaciones diofánticas y la teoría del juego, un amable
seguidor del blog me manda este pasatiempo por si me parece conveniente y
oportuno “enrocarlo”. Por supuesto que me parece y aquí está un enunciado
resumido del mismo:
'Cinco marineros y un mono
naufragan en una isla desierta y los hombres deciden recoger provisiones
durante el día, encontrando sólo cocos. Al hacerse de noche, cansados, optan
por dormir y repatirlos a la mañana siguiente.
Hoy jueves 17 de octubre este Año del Señor de
2019 y Dios mediante, en la Casa de las Columnas, tendrá lugar la
3.ª conferencia del Ciclo de Conmemoración a la Circunnavegación, organizado
por la delegación en Sevilla de la Real Liga Naval Española (RLNE), impartida por Carlos Roque Sánchez.
(Continuación) Así los describiría, dentro del mundo clásico
también, tanto el naturalista Plinio el Viejo (23-79) en su Naturalis
historia -asociando el fuego de San Telmo con estrellas en las vergas de
los barcos, de uno en uno o de dos en dos-, como Julio César (100-44) en
su obra De bello Africo (Sobre la guerra de África).
Éste, como los grafitis 271 y 273, son del grafitero Smithe, caracterizado por su estilo netamente próximo a la ciencia ficción, impregnada de un cierto aire surrealista.
Se aprecia su extracción de la misma psicodelia y el arte pop, si bien está dominado por colores pastel.
Con dicha expresión se hace referencia a un resplandor
brillante blanco-azulado, que en algunas circunstancias tiene aspecto de fuego,
y que puede verse incluso en dobles o triples chorros, surgiendo de estructuras
altas y puntiagudas como mástiles, vergas, pináculos y chimeneas.
Dentro del marco de actividades programadas
para el primer trimestre del curso académico 2019-2020, la asociación Cum
magno Iubilo ha organizado el ciclo de conferencias ‘La atracción por lo
celeste’.
En ‘dos manitas’ por obvias razones de espacio, es en lo que dejo el problemático
listado de los científicos, masculino
genérico, más importantes
que ha dado la humanidad a lo largo de la historia. Una nómina del todo
subjetiva, dado lo vasto que es el universo de las ciencias y sus aplicaciones,
tan repleto de disciplinas, inventos, teorías, hipótesis, demostraciones o
experimentos.
(Continuación) En lugar de ser recordada como la primera
mujer en esto o aquello, preferiría ser recordada, como debería serlo un
matemático, simplemente por los teoremas que he demostrado y los problemas que
he resuelto”.
Pues sí, a tenor de sus manifestaciones, no parecía importarle mucho a
la Robinson lo de las primicias en los logros científicos. Algunos
lo llaman orgullo matemático, así de simple.
(Continuación) Pero el caso es
que entre tres matemáticos estadounidenses y uno ruso (Robinson, Davis, Putnam y Matiyasevich), y en varios
artículos publicados desde los años 40 a los 70 del pasado siglo, probaron que
el algoritmo del alemán (Hilbert) no existe, o lo que es lo mismo, la irresolubilidad
del ‘Décimo problema de Hilbert’.
(Continuación) Pero no acabaron ahí los disgustos que sabido es que nunca
vienen solos. Al poco tiempo quedaron embarazados y por desgracia los problemas
de corazón de Julia se agravaron, con lo que perdieron el hijo
que esperaban. Fue un punto de inflexión vital para ella.
A finales de 1942, asiste a un seminario impartido por el matemático
polaco Alfred Tarski (1902-1983), quien planteó un problema para su resolución,
dando alguna semana de tiempo para ello. Pues bien, no habían pasado ni cuarenta
y ocho horas cuando Julia lo resolvió. Ni que decir tiene que poco después, Tarski,
le proponía realizar la tesis doctoral bajo su dirección. La misma que defiende
como Julia Robinson en 1948, con el título Definability and Decision
Problems in Arithmetic.
Desde
que nació, Julia Bowman (1919-1985), tuvo una
constitución enfermiza. Mostraba dificultades en el habla y con pocos años enfermó
de escarlatina que se complicaron con unas fiebres reumáticas.
Un cuadro médico que la obligaron a pasar más
de un año en camay le dejaron problemas cardíacos durante toda su
vida. Una niña débil en lo físico, sí -desarrolló tal grado de timidez que era
su hermana mayor Constance la que hablaba por ella-, pero muy fuerte en
el intelecto y verán por qué les digo esto.
(Continuación) La que corona la pequeña capilla
es la misma cruz de forja que sobre una peana de ladrillos se colocó en 1649,
presidiendo el multitudinario enterramiento de las víctimas de la gravísima
epidemia de peste de ese año. Unacruz de hierro a la
que vecinos del barrio rezaban por los difuntos y le daban culto, alumbrándola con
velas y faroles y adornándola con flores, que con el tiempo fue origen al
parecer de la actual Hermandad del Baratillo, cuyas primeras reglas se
aprobaron en 1693 convirtiéndose dos siglos después, en 1893, en hermandad de
penitencia.
Dentro del marco de actividades programadas
para el primer trimestre del curso académico 2019-2020, la asociación Cum
magno Iubilo ha organizado el ciclo de conferencias ‘La atracción por lo
celeste’.
Este era el breve, enigmático y aritmético contenido
del telegrama que el matemático alemán Johann
Lejeune Dirichlet (1805-1859) mandó en cierta ocasión a su suegro. Que
fuera escueto podría resultar normal ya que se trataba de un telegrama, pero
que empleara una ecuación y ésta estuviera aparentemente errada, siendo tan
elemental y él un renombrado matemático de la primera mitad del siglo XIX, la
verdad es que no lo es. No.
Tras el jersey matemático septembrino, unas zapatillas de
la misma disciplina que llevan como adorno el último teorema de Pierre de Fermat,
protagonista precisamente del mes de agosto en el calendario matemático 2019 que
les estoy enrocando. Seguimos con fruslerías científicas, claro.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
(Continuación) Una costumbre de los señores que
se podia interpretar bien como un gesto de buena voluntad, o bien como una humillación,
recuerdo y advertencia a los vasallos de quién estaba al mando. Una cuestión de perspectiva, claro.