sábado, 21 de junio de 2025

Verano astronómico, 2025: Satélites, eclipses, meteoros

(Continuación) Y antes de la salida del Sol podremos contemplar a Venus y Saturno, aunque este último se irá acercando cada vez más al astro. Júpiter será visible desde comienzos de julio, mientras que Mercurio podrá verse desde comienzos de agosto a principios de septiembre.

En lo tocante al satélite, la primera luna llena o plenilunio del verano se dará el 10 de julio, siendo las siguientes 29 o 30 días después, o sea, el 9 de agosto y el 7 de septiembre, así que tres para esta estación.

De las noches de novilunio o luna nueva tendremos en cambio cuatro: la primera, el próximo 25 de junio, dándose las siguientes 29 o 30 días después, es decir el 25 de julio, el 24 de agosto y el 22 de septiembre.

Acerca de los cambios estacionales

A modo de prontuario recordar, en relación con estos hechos, que:

1. Tanto equinoccios como solsticios se corresponden con un momento singular que dura sólo un instante de tiempo, o sea que el cambio astronómico de estación se produce repentinamente. Trato de decirle que no son una fecha, ni duran un día entero, otra cosa es que acostumbremos a llamar equinoccio o solsticio al día en que ocurre ese instante.

2. Por el contrario, el cambio meteorológico de estación no se produce de forma repentina. El doble y continuo movimiento de rotación y traslación terrestre, van haciendo que este cambio se produzca de forma gradual y constante, con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.

3. Los cambios estacionales son distintos para el hemisferio norte y el hemisferio sur del planeta.

4. La fecha de comienzo de las estaciones oscila en un periodo temporal de dos o tres días.

Otras observaciones: eclipses y meteoros

El 2025 no es un gran año para los eclipses y este verano tendremos dos ya al final del mismo: uno total de Luna, el 7 de septiembre que será visible desde Europa, Asia y Oceanía; en España la Luna saldrá con la totalidad ya comenzada.

Y otro parcial de Sol, que tendrá lugar el 21 de septiembre y se podrá ver desde el Pacífico sur, Nueva Zelanda y la Antártida. La observación del eclipse se puede realizar a simple vista y no entraña ningún peligro ni requiere ningún tipo de instrumentación especial.

A cambio, y aunque no dispongamos de ningún telescopio, es posible observar las lluvias de meteoros que, de forma ocasional, se producirán. Las dos más intensas durante el estío son la delta Acuáridas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 31 de julio, y la más famosa del verano, las populares Perseidas, conocidas también como las Lágrimas de San Lorenzo, cuyo máximo se da alrededor del 12 de agosto.

En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, posiblemente el verano es la época del año en la que más miradas se dirigen hacia el cielo, destacando la espectacular franja blanquecina que forma la Vía Láctea. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas. 


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