(Continuación) Y antes de la salida del Sol podremos contemplar a Venus y Saturno, aunque este último se irá acercando cada vez más al astro. Júpiter será visible desde comienzos de julio, mientras que Mercurio podrá verse desde comienzos de agosto a principios de septiembre.
En lo tocante al satélite, la primera luna llena o
plenilunio del verano se dará el 10 de julio, siendo las siguientes 29 o
30 días después, o sea, el 9 de agosto y el 7 de septiembre, así que tres para esta
estación.
De las noches de novilunio o luna nueva
tendremos en cambio cuatro: la primera, el próximo 25 de junio, dándose las
siguientes 29 o 30 días después, es decir el 25 de julio, el 24 de agosto y el 22
de septiembre.
Acerca
de los cambios estacionales
A modo de prontuario recordar, en relación con estos hechos, que:
1. Tanto equinoccios como solsticios se
corresponden con un momento singular que dura sólo un instante de tiempo, o sea
que el cambio astronómico de estación se produce repentinamente. Trato
de decirle que no son una fecha, ni duran un día entero, otra cosa es que
acostumbremos a llamar equinoccio o solsticio al día en que ocurre ese
instante.
2. Por el contrario, el cambio meteorológico de
estación no se produce de forma repentina. El doble y continuo movimiento de
rotación y traslación terrestre, van haciendo que este cambio se produzca de
forma gradual y constante, con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y
meses.
3. Los cambios estacionales son distintos para el
hemisferio norte y el hemisferio sur del planeta.
4. La fecha de comienzo de las estaciones oscila en un
periodo temporal de dos o tres días.
Otras
observaciones: eclipses y meteoros
El 2025 no es un gran año para los eclipses y este verano tendremos dos ya al final del mismo: uno total de Luna, el 7 de septiembre que será visible desde Europa, Asia y Oceanía; en España la Luna saldrá con la totalidad ya comenzada.
Y otro parcial de Sol, que tendrá lugar el 21 de septiembre
y se podrá ver desde el Pacífico sur, Nueva Zelanda y la Antártida. La
observación del eclipse se puede realizar a simple vista y no entraña ningún
peligro ni requiere ningún tipo de instrumentación especial.
A cambio, y aunque no dispongamos de ningún telescopio,
es posible observar las lluvias de meteoros que, de forma ocasional, se
producirán. Las dos más intensas durante el estío son la delta Acuáridas,
cuyo máximo ritmo se da alrededor del 31 de julio, y la más famosa del verano,
las populares Perseidas, conocidas también como las Lágrimas de San
Lorenzo, cuyo máximo se da alrededor del 12 de agosto.
En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, posiblemente el verano es la época del año en la que más miradas se dirigen hacia el cielo, destacando la espectacular franja blanquecina que forma la Vía Láctea. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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