(Continuación) Ya sabe, con jersey de cuello alto de color beige, pantalones marrones oscuros de pana y zapatos de cuero en sus pies sin calcetines, puro e einsteniano pragmatismo indumentario; una simplicidad material que contrasta con la intelectual sofisticación científica e einsteniense que fue capaz de poner en marcha, con sus cálculos y planteamientos físicos, los postulados relativistas. Einstein superestrella.
A propósito de relatividad e invariancia
Sí,
hay evidencia de que Albert Einstein inicialmente prefería la expresión “teoría
de invariantes” en lugar de “teoría de la relatividad”, si bien es
verdad que ambos conceptos están estrechamente relacionados.
De
alguna forma podemos afirmar que invariancia, en física, alude a la
propiedad de ciertas leyes o ecuaciones de permanecer iguales, sin importar el
sistema de referencia o la transformación de coordenadas que se aplique.
Mientras que relatividad, en el contexto de Einstein, se refiere a ideas como la de que las leyes de la física son las mismas para todos los observadores en movimiento uniforme (teoría relatividad especial, TRE) o que la gravedad no es una fuerza, sino una deformación del espacio-tiempo (teoría relatividad general, TRG).
¿Por qué el genio prefería “invariantes”?
Hasta
donde he podido averiguar, si bien es
cierto que inicialmente Einstein pudo
haber preferido el término invariancia al de relatividad, o el de invariante al
de relativo, no parece claro que haya ninguna razón explícita por la que pasara
de unos a otros.
El
principio de relatividad de Einstein establece que las leyes de la física son
invariantes (es decir, permanecen las mismas) en todos los sistemas de
referencia inerciales, lo que viene a significar que las ecuaciones que
describen un sistema físico deben tener la misma forma en todos los sistemas de
referencia que están en movimiento relativo entre sí a velocidad constante (v =
cte)
De la idoneidad en la elección del relativo título, como cita para la conmemoración del centésimo décimo (110.º) aniversario de la presentación, si está interesado en hurgar en el tema me escribe. Pero vamos que el genio nunca la pronunció, de hecho, sus teorías implican todo lo contrario, que la velocidad de la luz en el vacío es absoluta, c = 299 792,458 m/s.
Ya
de la que va, nada más ser publicada la entrada de ayer un atento y avisado
lector me “embroca” en el correo los términos relatividad y relativismo,
¿qué le parece?, no me diga que no ha estado “al quite”, cuando ya la entrada
“se afligía”. (¿Continuará?)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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