(Continuación) Claro que, puesto a ser, se cuenta que San Diego de Alcalá, fraile franciscano de San Nicolás del Puerto (Sevilla) plantó en esa zona un pino canario a cuya corteza y piñones se le atribuían propiedades curativas tras su ingesta, una causa ahora religiosa que también, no en vano el marucho era tenido por un santo muy milagrero. A saber.
Volviendo
a la plaza, de lo que no hay ninguna duda es que se le encargó al arquitecto
sevillano Antonio Arévalo Martínez (1871-1948) quien llevó a cabo su
construcción, siendo inaugurada el 1 de julio de 1900, si bien con
posterioridad a la misma continuaron las obras ya que la plaza no estaba del
todo terminada.
Construida
en estilo neomudéjar en ella abunda el ladrillo rojo visto y los arcos de medio
punto, contando con dos pisos, catorce palcos, enfermería, capilla, tres
corrales y chiqueros; pasa por ser la única plaza de toros de este estilo
existente en toda la provincia.
De la corrida del sábado sólo unas notas biográficas: pertenece a una de las tres fechas señaladas en el calendario taurino de Sanlúcar, la Feria de la Manzanilla; si echa las cuentas verá que estamos de celebración pues con ella se conmemora el 125 aniversario del coso taurino; y, por último, perdone la afición taurina, la del último sábado mayero fue una tarde magnífica, de toros y toreros. Cambio de tercio.
Laboratorio Municipal de Sevilla
Fundado
como institución en 1883, no terminó de construirse hasta 1912 si bien no es
hasta el año siguiente cuando, con la hipótesis de partida de que no hay salud
individual sin salud comunitaria, se inaugura e inicia su andadura con un
objetivo claro, conseguir una ciudad más limpia y salutífera.
Un
magnífico empeño sanitario que ha permanecido a lo largo del tiempo desde
entonces, celebramos su centésimo décimo tercer (113.º) aniversario, siendo de
resaltar su rara continuidad funcional pues no es frecuente que edificios
centenarios y de carácter público mantengan su uso tal y como fueron pensados
en su día.
Construido por el arquitecto sevillano Antonio Arévalo Martínez (1871-1948) en un original estilo ecléctico -una mezcla de regionalismo, modernismo y otros ismos arquitectónicos de finales del siglo XIX y alborada del XX- destacan sus fachadas en un brillante color amarillo albero, con numerosos elementos decorativos de clara influencia modernista.
Y
entre ellos le destaco hoy las cartelas existentes sobre las ventanas de
la planta baja, en las que se recogen los nombres de otros tantos científicos
destacados por su aportación en el terreno de la salud pública y la lucha
contra las enfermedades infecciosas.
Apellidos
insignes muchos de los cuales le resultarán familiares: Ehrlich, Koch,
Pasteur, Roux, Berzelius, Ferrán, Ramón y Cajal,
Jenner, Lavoisier, Berthelot, Curie, entre otros.
Unos pioneros de la vacunación. ‘Al carro de la cultura española le falta la
rueda de la ciencia’, Ramón y Cajal.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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