(Continuación) Como ya imaginará el proyecto sufrió un parón tras la primera inspección por parte de servo especialistas militares (ingenieros en automática y control de misiles), que en su informe técnico afirmaron que el control columbino resultaba incoherente, impredecible y con demasiado retraso para ser útil. Una idea disparatada que sin embargo no quedó ahí.
‘Pigeons in a Pelican’, 1960
Skinner superó dicho
contratiempo empleando un poco de psicología de ciencia ficción (en sus propias
palabras), convenciendo incluso a físicos del MIT (Massachusetts Institute of Technology), que podría entrenar con éxito a las palomas para un control preciso
del misil. Y tras lograr financiación pasó a ser el Project ORCON
(siglas de ORganic CONtrol, es decir, control usando organismos
vivos), que naturalmente también acabó.
Buena parte de lo que escribo aparece en el artículo “Palomas en un (misil) Pelican” publicado en la revista American Psychologist 15: 28-37 (1960), y en él Skinner, experto en experimentos cognitivos con palomas cuenta cómo se le ocurrió la “feliz idea” de usar palomas para guiar misiles.
Las colúmbidas se
alojaban en grupos de tres o de siete en la cabeza de los misiles Pelican
provistas de unos ojos de pez que les permitían ver hacia donde se dirigía; entrenadas
para con su pico pulsar en un panel de control a fin de manejar la trayectoria
del misil, también se las enseñó a reconocer diferentes tipos de blancos
enemigos utilizando fotografías de buques en alta mar.
Un plan que se
completaba con el uso de un algoritmo realimentado por consenso columbino,
procediendo la orden de disparo del panel más picoteado por las tres o siete
palomas. En fin.
Adenda
Del misil añadir que en realidad era una bomba guiada por un radar semiactivo -disponible en dos versiones, Mark 55 y SWOD Mark 7, y pesos, 1000 lb (450 kg) y 1500 lb (680 kg)- que se adaptó.
De nuestro laureado
una pincelada más, su idea no acabó con ORCON, no, una vez suspendido el
proyecto el conductista estadounidense, ni corto ni perezoso, lo convirtió en
una novela de ciencia ficción, Walden Dos (1948); la trama ya se la
puede imaginar, va de toda una utopía sobre el conductismo y la ingeniería de
la conducta en una futura sociedad distópica. En fin.
Y de la entrega del
premio, que lo recibió por razones obvias su hija Julie, sus palabras: “Quiero agradecerles
que reconozcan finalmente su contribución más importante. Gracias por aclarar
las cosas”.
Recuerde que la ceremonia anual y nocturna de entrega de los Ig Nobel se celebra en el mismo MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en Cambridge, EE. UU., donde a su padre le aprobaron el Project ORCON. Sorpresas que da la vida. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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