(Continuación) Un recurso, este ‘Deus ex machina’, “dios bajado por medio de una máquina” o “persona o cosa capaz de solucionar, sin dificultad aparente, todo tipo de situaciones” que no es ni un bálsamo, líquido resinoso y aromático que se obtiene de algunas plantas, ni una crema que se aplica sobre la piel para curar heridas y llagas.
Es una crema que se
bebe, que por boca de don Quijote nos presenta Cervantes como una
especie de panacea para cualquier problema de salud y, mire usted por donde, resulta
ser el único preparado medicinal que surge de la fantasía del autor en toda su
obra.
¿Un medicamento real? España
El único falso y el
más llamativo de todos los remedios farmacológicos, muy frecuentes en toda la obra cervantina, que es
probable que procedan de la lectura del Dioscórides del afamado médico
farmacólogo y botánico segoviano Andrés Laguna (1510-1559)
Diferentes preparados de botica como bálsamos, ungüentos, bizmas, emplastos y aceites reparadores, básicamente para el manejo terapéutico de las heridas, golpes y traumatismos sufridos por los protagonistas, que son más o menos efectivos.
Conocidos medicamentos
muy empleados durante el Renacimiento, fabricados con sustancias aromáticas y
destinados a curar heridas y llagas, pues bien, el más usado por Cervantes,
el más recurrente de todos es el de Fierabrás a base de aceite, vino, sal y
romero. Justo el que es ficticio y originario de la novela caballeresca.
Ya, pero, ¿qué parte
de verdad tiene esta mentira terapéutica? En cualquier caso, si Cervantes leyó
a Laguna, no es de extrañar que adoptara estos ingredientes, fundamentalmente
el romero, tan alabado terapéuticamente por el médico segoviano.
¿Un medicamento real? Portugal
No obstante, es posible también que la composición y elaboración del bálsamo estuviesen basadas en formulaciones reales disponibles en la época y al alcance de Cervantes; en este sentido se atribuye al médico portugués Petrus Hispanus, futuro papa Juan XXI, la redacción, a partir de 1272, del libro Thesaurus pauperum, del que pudiera ser que salieran.
Un personaje por cierto de identidad incierta el tal Petrus pues diferentes fuentes del siglo XV lo asocian bien con Petrus Ferrandi Hispanus (que murió entre 1254 y 1259), bien con un dominico de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV. A saber qué "piedra" sería.
Pero a lo que vamos,
en el texto se recoge una fórmula muy parecida (cocción de romero en aceite de
oliva) con los mismos fines, la obtención de “un ungüento muy precioso y muy virtuoso”. Y lo que
es mejor aún, no quedan aquí las posibilidades. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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