(Continuación) Dentro de uno de ellos dos hombres de su equipo residieron una semana sin salir ni un momento a la superficie, los primeros “oceanonautas” del mundo. Una gran victoria bajo el agua al demostrar que era posible residir y trabajar en ese mundo del silencio que mostró a la humanidad, y que no quedó ahí.
Un año después, en 1963 se construyó una base submarina
en la que permaneció junto a un equipo de expertos durante 30 días, la primera
base y hábitat humano en el fondo marino, una casa subacuática; al año siguiente,
en 1964, aparecía El mundo sin sol.
Por completar, Cousteau desarrolló también un sistema
de propulsión a vela, botando dos sumergibles monoplazas y dirigió
experimentos sobre técnicas de buceo en saturación, entre otras labores.
‘El
mundo submarino’, 1968-1975
Es el título de la serie documental emitida entre 1968 y 1975, lo convertiría en toda una celebridad mundial, basada en la exploración que el famoso oceanógrafo realiza de los mares del planeta a bordo del Calypso; gracias a ella aprendimos de la diversidad y complejidad del mundo submarino y la vida de los océanos.
Fue su salto a la fama mundial que alcanzó su culmen en
1968 cuando National Geographic Society marcó un hito en la historia de
la televisión al conseguir que uno de sus documentales, Amazonas, fuese
visto por treinta y cinco millones de personas; le hablo de hace cincuenta y
seis años cuando la población mundial era de unos tres mil quinientos millones,
en la actualidad superamos en algo los ocho mil millones, así que más del doble
para que se haga una idea.
En 1974 fundó junto a sus hijos la Sociedad Cousteau, una fundación dedicada a la protección de la vida oceánica que desde entonces no ha dejado de denunciar los devastadores efectos de la pesca abusiva, promover movilizaciones contra la energía nuclear y advertir sobre los problemas derivados de la superpoblación.
Calypso
y Capitán Planeta
En enero de 1996 el buque fue embestido accidentalmente
por una barcaza, ardiendo y terminando por hundirse en el puerto de Singapur y,
aunque Cousteau comenzó a recaudar dinero para la construcción de un
nuevo barco, la muerte, un ataque al corazón, le sorprendió en París un año
después.
Moría a la edad de 87 años quien fue conocido como
Capitán Planeta, y a quien otros biólogos consideraban más como un
comunicador que como un científico, no en vano fue capaz de hacer llegar a un
público profano el amor por el mar y la enorme diversidad de vida que lo
inunda. Le dejo con sus palabras, ‘En el mar no hay pasado, presente o
futuro, sólo paz’. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 15
de julio de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario
digital Sevilla Actualidad.
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