[Esta entrada apareció publicada el 04 de diciembre de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Entendidas como excentricidad, ridiculez o disparate -rareza que resulta por ser algo excesivamente original-, ni que decir tiene que se dan en toda época, lugar y campo de conocimiento humano incluido el de la ciencia, donde no pocas veces asoman hipótesis o teorías que chocan con el sentido común de la época en cuestión. Pero estará conmigo que como en todo, también en la extravagancia existen grados y algunos de ellos superan lo inverosímil, como en estas teorías de la ciencia, que por orden cronológico le traigo.
Homeopatía. No es la primera vez que viene a estos predios por lo que no me reiteraré, pergeñada en 1796 por Samuel Hahnemann no ha evolucionado lo más mínimo desde entonces, ¿conoce alguna rama de la medicina que siga igual que estaba en el siglo XVIII? La homeopatía es una pseudociencia, una ocurrencia presentada falsamente como ciencia, como puede demostrar cualquier estudiante de química bachillera. Una pseudomedicina, su efectividad no va más allá del efecto placebo como han demostrado estudios a gran escala. Y una pseudoterapia si se utiliza como tratamiento dada su probada ineficacia. Primera extravagancia.
Teoría de cuerdas. Damos un salto en el tiempo y caemos en los años 70 del siglo pasado, cuando aparecen una serie de hipótesis y modelos fundamentales de física teórica según las cuales las partículas subatómicas, aparentemente puntuales, son en realidad estados vibracionales de un objeto extendido más básico llamado cuerda o filamento. Ya ve, una nueva originalidad que no solo desafía la lógica sino nuestras propias percepciones convencionales, en palabras del físico teórico estadounidense Brian Greene: “Todo el universo, desde la partícula más diminuta a la estrella más distante, está hecho de un único tipo de ingrediente: hebras de energía inimaginablemente pequeñas llamadas cuerdas”. Se tiene la esperanza de que en ella se unifiquen las hasta ahora irreconciliables gravedad y física cuántica, es decir, una teoría del todo que en cualquier caso carece hasta hoy de confirmación experimental, ya veremos en qué queda. Segunda extravagancia.
Multiversos. Una consecuencia de la teoría anterior que predice la existencia de muchísimos universos o mundos paralelos (del orden de un uno seguido de quinientos ceros), conformando un multiverso en el que todas las posibilidades son igualmente reales pero incapaces de interactuar. Vamos que existe otro universo donde los dinosaurios no se extinguieron, otro donde no se hundió el Titanic, y estotro en el que la paradoja del “gato de Schrödinger” se interpreta como que cada estado supone una ramificación en el tiempo, y el gato está vivo y muerto incluso antes de que la caja se abra. Pero eso sí, están en diferentes universos, son igualmente reales, pero no interactúan, ¿vivimos en un universo de universos? ¿supera la realidad a la ficción? Tercera extravagancia. ‘Como no sabían que era imposible lo hicieron’.
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