(Continuación) Y si bien
es cierto que a partir de esta fecha anochecerá antes, los días serán más
cortos y habrá menos luz, por lo que la idea de equiparar el comienzo de la
jornada laboral con las horas de luz natural parece implicar una disminución
del consumo de energía eléctrica, no
es menos cierto también que a veces las cosas no son como parecen. Y ésta tiene
la pinta de ser una de esas veces.
Vamos que la idea de obtener un mayor beneficio de la luz solar y por
tanto que descienda el consumo eléctrico tiene su efectividad bastante en
entredicho. Un cambio de hora por tanto de lo más polémico y controvertido.
Cambio polémico y controvertido
Según las últimas estimaciones del Instituto
para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de
ahorro en iluminación podría estar en torno a los trescientos millones de euros
(300 000 000 €), el equivalente al cinco por ciento (5 %) del total.
Una cantidad de la que unos noventa millones (90 000 000) corresponderían
al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de seis euros (6
€) por hogar, mientras que los doscientos diez millones (210 000 000) restantes
se ahorrarían en los edificios del sector terciario e industrial.
Unas cifras como les digo que están en entredicho, y el principal
argumento es el dato de que la electricidad que no se usa a primera hora del
día se gasta por la tarde, debido al atardecer más tempranero. O sea que lo
comido por lo servido.
De hecho tan en entredicho está que la propia Comisión Europea se ha planteado su eliminación, y su primera
medida ha sido la de dejar la decisión en manos de los gobiernos, como no puede
ser de otra forma, aunque eso sí les ha pedido celeridad en dicha toma de
decisión, les ha marcado un plazo de tiempo.
En busca de la permanencia horaria
Y es que quiere que el último cambio de hora en el bloque comunitario
ocurra en 2019 pero, como es lógico, desea que se produzca sin que se ocasionen
problemas derivados de una falta de coordinación entre las capitales.
De ahí que les inste y tienen hasta el próximo marzo para notificar su
decisión de aplicar de forma permanente, bien la hora de verano, bien la de
invierno porque, según el calendario que plantea, el último cambio de hora
obligatorio tendría lugar el 31 de marzo
de 2019 para los estados que quieran volver al horario de verano, mientras que los que no lo deseen permanecerán
con el de invierno. Eso sí, a partir de esa fecha no se podrán hacer más
cambios. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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