(Continuación) Esto es, la enseñanza de la clínica puesta a la misma cabecera del enfermo. Y su influencia no tardó en llegar a la medicina española, haciéndolo a través de su discípulo Pedro Mata Fontanet (1811-1877), creador y primer catedrático de Medicina Legal o forense en Madrid y reformador, asimismo, de los estudios universitarios.
Una actividad científica más que notable, pero no el
motivo por el que viene a estas líneas ya que no he encontrado ningún
reconocimiento sevillano a su labor, lo hace más bien como periodista,
escritor, político o mejor como poeta.
Aunque para ello se hace necesaria la colaboración de
otro poeta, dramaturgo y periodista que seguro le suena, Manuel Bretón de
los Herreros que sí tiene calle en la ciudad, comprendida entre unas viejas
conocidas de la sección.
La calle
Copérnico y la de Joaquín Sorolla, y además es paralela a la
calle Luis Vives y a la calle
Ingeniero de la Cierva, le hablo del este de la ciudad allá
en la barriada de La Plata (41006).
Mata y
Bretón
Para los intereses de esta historia, del honorable doctor Mata le apunto dos detalles imperdibles e imprescindibles. Uno, su apellido viene a ser un aptónimo pues su significado coincide, más o menos, o guarda cierta relación con su profesión (Mata).
Y dos, resulta que durante cierto tiempo fue vecino,
puerta con puerta, del queleño Bretón de los Herreros, que pasa por ser
uno de los poetas románticos más bohemios y juerguistas. Pues bien, como a
menudo sus amigos iban a buscarlo a altas horas de la madrugada y quizás no en
las mejores condiciones, se solían equivocar de puerta.
Y llamaban al timbre del doctor perturbándole el sueño, noche
si y noche no, por lo que éste, harto de la situación colocó un cartelito en su
puerta que rezaba así: No vive en esta mansión / ningún poeta bretón. Lo
que se dice un pareado.
Bretón y
Mata
Naturalmente, en cuanto lo vio, Bretón que era de armas tomar, se apresuró a escribir una réplica que colocó junto al letrero del doctor: Vive en esta vecindad, / cierto médico poeta, / que al final de la receta / firma (pone) Mata y es verdad.
Pero no se conformó con esta ingeniosa y venenosa
cuarteta, y le añadió: Como doctor tan sólo / le tengo miedo; / mientras no
me recete / vamos viviendo. Unos epigramas que pincharon aún más al doctor
quien, tirando de poesía, contestó con otro cartelito que puso en su puerta,
sustituyendo al primero y donde escribió
Este
médico poeta, / a quien así se maltrata, /
ni
visita ni receta, / y, por lo tanto, no Mata.
Medicina y poesía satíricas de la mano. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 28
de octubre de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario
digital Sevilla Actualidad.
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