sábado, 1 de febrero de 2025

DCPS. Calle Orfila (2)

(Continuación) No, nada mal, pero, como es lógico y natural, su familia lo orientó a la marina, de modo que en 1802 se embarcó durante tres años; sin embargo, las vicisitudes pasadas durante esta travesía no le sentaron nada bien, de modo que a la vuelta pidió permiso a su padre para estudiar Medicina, una disciplina por la que ya había mostrado cierta predilección.

En Valencia, medicina y química

Permiso concedido pero que, no siendo posible estudiarla en Menorca tuvo que viajar a Valencia en septiembre de 1804 para asistir a las clases impartidas en su Facultad de Medicina, y durante este primer curso comenzó a interesarse también por la química.

Disciplina que estudió tanto en las clases regladas como en plan autodidacta, a través de las obras de los principales autores franceses y de pequeñas experiencias que realizaba en su casa con la ayuda de otros aficionados.

Entre otros franceses leyó a Antoine Lavoisier, Claude Louis Berthollet o Antoine François de Fourcroy, quienes también cuentan con un lugar en este paseo sevillano. Tal fue el nivel de su autodidacta formación en química que llegó a deslumbrar a compañeros y profesores durante un concurso público celebrado en junio de 1805 que ganó.

No obstante, decepcionado por las carencias educativas y el bajo ambiente intelectual universitario, unido a un desagradable encuentro con la Inquisición, debido a una denuncia infundada, pidió permiso a su padre para continuar sus estudios en Barcelona.

En Barcelona, más medicina y química

Adonde se trasladó en 1806, trabando relación con un grupo de químicos que trabajaba en aquella ciudad, muy especialmente con Francisco Carbonell y Bravo que fue su profesor de Química, un seguidor de Fourcroy y uno de los principales promotores de la nueva química industrial que tan interesante papel desempeñaría en el desarrollo económico de Cataluña.

Gracias a su informe favorable, en 1807, la Junta de Comercio de Barcelona concedió a Orfila una beca (“pensión” en aquellos tiempos) para ampliar sus conocimientos de química y mineralogía durante cuatro años, dos de ellos en Madrid junto a Joseph Louis Proust y los otros dos en París.

La idea era que tras su regreso se hiciera cargo de una segunda cátedra de química en Barcelona, Orfila se sumaba así a la larga lista de pensionados españoles que viajaron a Francia para estudiar química durante el último tercio del siglo XVIII y primero del XIX. Sin embargo, sabido es que el hombre propone, Dios dispone y las circunstancias descomponen.

En París, pluriempleo y doctorado

Resulta que cuando llegó a la capital de España, Proust ya se había marchado, por lo que partió inmediatamente a París, ciudad donde permanecería ya el resto de su vida desarrollando su actividad científica y docente, aunque no exenta de contratiempos. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 07 de octubre de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

 

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