Es un clásico en algunas charlas de estos días en la playa, si es julio y en el hemisferio norte donde estamos es pleno verano, ¿cómo es eso posible si ahora es cuando la Tierra está más lejos del Sol?
Es más, el pasado jueves 3 de julio a las 07:55
UTC nuestro planeta, en su trayectoria alrededor del astro, pasaba por el afelio,
punto más alejado de su órbita, en concreto a 152 098 455 km ¿Por qué hace entonces
calor? ¿no debería hacer frío? ¿estamos ante una paradoja meteorológica?
Es lo que la ciencia popular, no exenta de cierta lógica común parece indicarnos pues, por lo general, la proximidad a una fuente térmica aumenta la sensación de calor, lo que hace natural asumir que las temperaturas estacionales se deban a los cambios que se producen con la distancia de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, conocido como movimiento de traslación.
Sin embargo, ya ve, craso error, la distancia
del planeta tiene poco que ver con esto y no, no estamos ante una paradoja,
solo es cuestión de aplicar la ciencia académica que nos dice que la
verdadera razón de los cambios estacionales de temperatura no radica en la
distancia a la que se traslada el planeta, sino al valor de la inclinación
del ángulo con la que éste rota sobre su propio eje, movimiento de
rotación.
Recordar de los tiempos escolares que la trayectoria de la órbita terráquea no es circunferencial sino casi elíptica y de muy poca excentricidad (e = 0,0167), de modo que la diferencia entre nuestros puntos más cercano (perihelio) y lejano (afelio) del Sol es relativamente pequeña. Motivo éste por el que la distancia tan solo desempeña en este aspecto un papel secundario, de cierta importancia cualitativa pero cuantitativamente despreciable.
En el reciente afelio juliano la distancia fue
de unos cinco millones de kilómetros mayor que en el pasado perihelio de enero
(147 103 867 km), una diferencia que comparada con la distancia media (dT-S
= 149 597 870, 700 km) supone sólo un margen del 3,3 %; es decir, la distancia no
es la causa del cambio de clima ni de la existencia de las estaciones.
Aunque sí lo es del valor de la velocidad orbital de la Tierra en cada momento y que en el afelio es menor al estar más alejada, y de disminuir por tanto la intensidad de la gravedad solar, estimándose aquella en 103 536 km/h lo que implica que la duración del estío sea mayor que el de las demás estaciones.
Ni que decirle que estamos ante la antañona Segunda
Ley de Kepler o “Ley de las áreas” de los tiempos bachilleres. ‘La
Biblia muestra la manera de ir al cielo, no de cómo van los cielos’.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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1 comentario :
Creo recordar que la inclinación del planeta es la causante de las estaciones. Felicitaciones por el blog.
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