domingo, 23 de febrero de 2025

DCPS. Calle Orfila (7)

 (Continuación) No en vano era el fundador de la toxicología, una nueva ciencia que para su desarrollo necesitó que otras (fisiología, química o farmacología) se perfeccionaran de modo paralelo y ofrecieran posibilidades para el estudio de las sustancias venenosas y de sus efectos.

Así que no era nada extraño que lo reclamaran en los juicios por envenenamiento, y uno de estos juicios es el caso que le traigo.

“Caso Lafargue”

Fue quizás el más significativo para los que fue llamado. El 14 de enero de 1840 murió envenenado con arsénico un tal Charles Lafargue, vecino de la ciudad de Glandier, y la autopsia del cadáver no ofreció, en un primer momento, ningún resultado concluyente.

Pero un segundo estudio toxicológico demostró la presencia de vestigios de arsénico en el estómago, por lo que la viuda, Marie Capelle, fue detenida y puesta a disposición judicial.

El asunto se complicó aún más cuando un nuevo análisis, solicitado por la defensa y llevado a cabo por otros peritos, no evidenció restos del veneno en el cuerpo, lo que hizo que los primeros se retractaran reconociendo la poca fiabilidad de sus modernas técnicas.

La sombra de la duda quedó planeando sobre el caso y fue cuando se reclamó el arbitraje del prestigioso toxicólogo famoso por sus métodos, los más selectivos y efectivos de la época, el mahonés Mateo Orfila quien demostró sin lugar a dudas la existencia de arsénico en el cuerpo de Lafargue.

Arsénico de ida y vuelta.

Una sustancia que quedó demostrado no era fruto de un falso positivo ni procedía de los reactivos utilizados como tampoco de la tierra que rodeaba el féretro o del existente de manera natural en el organismo humano, no, su origen era externo al cuerpo, Lafargue había sido envenenado.

Se trató de uno de los primeros juicios que el público pudo seguir a diario a través de las noticias en los periódicos, y la primera vez en la historia de la humanidad que una persona era condenada haciendo uso de la evidencia científica proporcionada por una ciencia entonces aún emergente: la química.

Ella fue la primera persona en ser condenada mediante toxicología forense, pero, ¿fue envenenado el señor Lafarge?, de ser así, ¿lo hizo su mujer? En puridad, desde el punto de vista científico, no lo sabemos, sigue sin estar claro; como actividad humana que es la ciencia resulta limitada y falible.

Y por desgracia, algunas veces, no puede decidir por sí sola la culpabilidad de una persona, y es que en la vida real no pasa como en las series de ficción y la policía científica.

Orfila, Mata y Bretón

En el ámbito universitario francés nuestro mahonés propició más que un plan de estudios, al iniciar un nuevo sistema docente con la introducción de clases prácticas experimentales y, sobre todo, la definitiva instauración de las prácticas hospitalarias. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 28 de octubre de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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