miércoles, 23 de enero de 2019

VCM-04. SÓCRATES (y 2)

(Continuación) Por otro lado, según la documentación existente, sabemos que Sócrates no luchó contra la sentencia, sino que la aceptó sin rebeldía alguna, con absoluta serenidad. De hecho, reunió a sus discípulos y se bebió el veneno mientras conversaban de forma plácida y serena, mismamente, sobre la inmortalidad, aunque fuera del alma.
Un momento el de la muerte socrática, que me hace reflexionar en tres direcciones. Una. No me digan que no es exasperante el tema que escogió, precisamente el de la inmortalidad. Dos. Estarán conmigo que, dadas las circunstancias, ya hay que tener ganas de conversar. Lo dicho un insufrible. Y tres ¿Lo suicidaron sólo con cicuta?
¿Lo suicidaron solo con cicuta?
Vaya por delante que el envenenamiento por cicuta, era un método empleado habitualmente por los griegos para ejecutar las sentencias de muerte, de modo que nadie cuestiona que el filósofo murió por su propia mano, tras beber una copa de la misma.

La duda surge cuando nos planteamos si sólo ingirió esta ponzoña dado que, por los testimonios con los que contamos, lo hizo llevándose la copa a los labios y bebiéndola hasta apurarla, sin el menor gesto de dificultad ni repugnancia.
Cuando en realidad la muerte por cicuta es abominable, por los violentos síntomas que presenta. En una primera fase, provocada la excitación del sistema nervioso central, surgen temblores, parestesias, neuralgias, delirio, alucinaciones y hasta convulsiones.
A continuación, se desarrolla una parálisis progresiva que alcanza los músculos respiratorios hasta producir asfixia en pocas horas, sin que el nivel de conciencia se deteriore lo más mínimo. Aunque eso sí, por increíble que parezca, el final, pero sólo el final, es dulce y sereno.

Pero en el ínterin, entre la ingesta y ese plácido final, los síntomas son horribles y de ellos en los escritos al respecto no se dice ni pío, entonces, ¿lo suicidaron sólo envenenándolo con cicuta, o tomó otros tóxicos que aliviaran tan terrible sintomatología?
Acerca de la cicuta
La cicuta (Conium maculatum) es una especie botánica de planta bianual con flor herbácea, que pertenece a la familia de las Apiáceas y al género Conium.
Una planta que desprende un olor nauseabundo al romperla o restregarla, y que es extremadamente tóxica ya que toda ella contiene alcaloides, entre los que se destacan glucósidos flavónicos y cumarínicos, además de la coniína, una neurotoxina que inhibe el funcionamiento del sistema nervioso central produciendo el llamado ‘cicutismo’.
Ni que decir tiene que su ingesta puede suponer un riesgo para la salud, pues su efecto es semejante al curare. Hablamos de un veneno.
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