jueves, 8 de junio de 2017

Fenómenos cósmicos en nuestro cielo de junio (2)

(Continuación) Lo que sin duda es un grave error, les decía. Si echan números el 40 de mayo corresponde en realidad al 9 de junio, ya que aquel mes tiene treintaiún (31) días. Elemental dirán, sí., pero exige saber los días que tiene cada mes del año. Y resulta que no todo el mundo tiene memoria para ello, como es mi caso.
Pero todo tiene solución en esta vida. Por ejemplo para éste existen refranes aunque yo prefiero la regla nemotécnica de la “mano izquierda”. Es muy sencilla y ya está enrocada. De modo que ya saben, el próximo viernes 9 de junio será el refranero 40 de mayo y no el día siguiente, sábado 10. Y esto, esto, no es una opción.
Ahora, lo que de quitarse el sayo o no, eso sí lo es y por supuesto lo dejo a su elección. Que quién es uno para decir nada a nadie. Faltaba más.
Oposición de Saturno y constelación Ofiuco
El gigante de los anillos pasará por la oposición -configuración astronómica en la que dos cuerpos se encuentran, en relación a la Tierra, en puntos del cielo diametralmente opuestos- el siguiente jueves 15 en la constelación de Ofiuco.
Recordarles aquí que Ofiuco es una de la ochenta y ocho (88) constelaciones modernas, también conocida como la del ‘cazador de serpientes’ y que desde finales del siglo pasado trae de cabeza a los astrólogos. Resulta que con ella ya no son doce (12) los signos zodiacales sino trece (13), lo que naturalmente descoloca toda la falacia charlatana de los horóscopos.
¡Astrología, hermana bastarda de la astronomía a la que da de comer!
Volviendo al planeta Saturno y al día 15, esa noche será la mejor para observarlo ya que no solo se encontrará a una menor distancia a la Tierra, sino que se nos ofrecerá con la iluminación solar de frente. Dos factores que sin dudad juegan a favor de obra de la observación.
Por cierto que a lo largo de la noche, el sexto planeta recorrerá toda la bóveda celeste levantándose por el Este, justo cuando se ponga el Sol, para acostarse por el Oeste al amanecer. Perdonen el lenguaje toloméico, uno por supuesto es copernicano de ideas.
Una oposición ésta que resulta interesante y rara desde el punto de la observación.
De hecho particularmente interesante pues en esa posición sus anillos tienen una inclinación máxima respecto de la visual, que permite que los veamos con todo detalle, así como las divisiones entre ellos. Y rara por infrecuente ya que esta configuración tan solo sucede cada quince (15) años. De modo que si puede no se la pierda, que nunca se sabe.
Aun teniendo esos dos factores a su favor, distancia y luminosidad, la observación de Saturno y sus anillos no se podrá realizar a simple vista y ni tampoco con unos prismáticos normales. No lo será porque, sencillamente, a pesar de encontrarse a su distancia mínima, ésta es una distancia enorme, astronómica si me permiten el término.
Se estima que alrededor de unos mil trescientos cincuenta millones de kilómetros ( 1 350 000 000 km) que para que se hagan una idea, es una distancia que la misma luz, lo más rápido que conocemos en el universo, tardaría unos setenta y cinco minutos (75 min) en recorrerla. (Continuará)




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