(Continuación) Y no quedan aquí las observaciones pues también tendremos a nuestra vista las constelaciones, esas agrupaciones ficticias de estrellas que adivinamos en el cielo nocturno.
Otras observaciones: constelaciones
primaverales
Una actividad para la
que la primavera es un magnífico momento ya que no sólo las noches son aún
largas sino porque hace menos frío que en invierno, aunque depende, una cosa es
la astronomía y otra la meteorología
En cuanto a
constelaciones, al principio de la primavera todavía se podrán ver al anochecer
algunas típicas del invierno, como Orión, Can Mayor o Géminis.
Pero a medida que avancen las semanas, estas constelaciones se irán acercando
al Sol y darán paso a constelaciones más características de la primavera como: Leo,
con su llamativa forma de interrogación invertida terminada en la estrella Régulo;
Virgo, con la brillante Espiga, o el Boyero, con la roja
estrella Arturo.
Como seguro saben, el triángulo formado por estas dos estrellas junto a Régulo en Leo es conocido como el ‘triángulo de la primavera’, cuya localización en el cielo nos proporciona un buen punto de partida para empezar a explorar el resto de las constelaciones visibles durante esta estación. También, alrededor de la Estrella Polar, se podrán ver a lo largo de la noche a la Osa Menor, Dragón y Cefeo.
Acerca de la observación nocturna
Es una obviedad, pero
aun así lo pongo negro sobre blanco. Para una mejor observación en el cielo de
algún fenómeno astronómico de interés, bien sea de los predichos (eclipses) o no (nuevos cometas), y esto en general para
cualquier época del año, deberemos escoger, preferiblemente, fechas cercanas a
la luna nueva, que nos brindará una noche más oscura y favorable para la visión.
Estas fechas digo, salvo
que lo que pretendamos observar sea, por razones obvias, la propia Luna. Entonces, con grandes
prismáticos o con un pequeño telescopio, dotados eso sí de un filtro lunar
adecuado, podremos observar y con gran detalle su relieve en plenilunio.
Una magnífica forma de
hacerlo puede ser observándola cada noche, mientras va aumentando su
iluminación; así podrá apreciar cómo van apareciendo, en cada sesión, nuevos
accidentes orográficos. Una práctica de lo más aconsejable.
Y con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter e incluso realizar un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea. Aún sin prismáticos y en las noches oscuras de luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1). (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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