En puridad Documento Nacional de Identidad o, de forma abreviada, DNI, ya sabe, ese documento público, oficial, personal e intransferible emitido por la Dirección General de Policía a partir de 1951 (antes existían otras alternativas como cartas de seguridad, cédulas personales o pasaportes para el interior).
Y de obtención obligatoria por nuestra parte, como
obligatoria es también su presentación cuando “fuere requerido para ello por la
Autoridad o sus Agentes” y obligatorio es su uso para todo aquel mayor de
catorce (14) años residente en España.
El hecho de estar cargado de información -con él
acreditamos nuestra identidad, datos personales o nacionalidad- lo convierte en
un compañero de vida casi inseparable de todos nosotros, si lo piensa en la
actualidad es difícil encontrar a alguien que no se sepa de memoria los ocho
dígitos y la letra que lo componen.
De ahí quizás que no seamos conscientes del frecuente uso que hacemos de él, desde el trascendente de votar, hasta el más banal que me ha traído hoy hasta ustedes, no se lo he dicho, pero hace unos días fui a recoger a Correos, unos libros que me había enviado una editorial para su reseña.
DNI y el concurso de Franco
Indagando, y sin remontarme apenas en la línea del
tiempo, leo que el origen del actual DNI está en un decreto del 2 de
marzo de 1944, expedido a fin de crear un nuevo documento que permitiera
disponer de información censal de los ciudadanos.
Decreto que toma forma en un concurso público aparecido
en el BOE del 10 de mayo de 1946, por el que se instaba a los ciudadanos
a presentar sus bocetos para dicho documento; un concurso que estaba dotado con
un premio de 30 000 ptas y que ganó D. Aquilino Rieusset Planchón, siendo
expedido el primer documento en Valencia el 20 de marzo de 1951.
Por cierto, el vínculo del carné de identidad con el Cuerpo Nacional de Policía es ya histórico pues llevan juntos nada menos que dos siglos, desde 1824; los tiempos del cobarde rey Fernando VII, para unos “el Deseado” y para otros “el Felón”, quien le otorgó la potestad exclusiva de crear padrones que incluyeran edad, sexo, estado, profesión y naturaleza del vecindario.
Fue su primera atribución que, modificada y aumentada,
mantiene hasta la actualidad. Bueno, pues dicho queda, la iniciativa de crear
el DNI partió, en la primera mitad del siglo XX, de la dictadura de Francisco
Franco quien, ni que decirle tengo, es el titular del primero de ellos, el
número 1.
Soporte
físico-químico actual
Entre las características físicas de la tarjeta del DNI
electrónico, probablemente sepa que: su tamaño es 85,6 x 53,98 mm,
correspondiéndose con el formato ID-1 según normativa aplicable ISO-7810 7816
10373 (bueno esto quizás no lo sepa); o que está impresa en anverso y reverso
mediante técnicas que garantizan su seguridad ante posibles falsificaciones o
manipulaciones. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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