[Esta entrada apareció publicada el 08 de octubre de 2021, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
O giacobínidas, primera lluvia de meteoros importante del otoño y una de las de menor duración, al estar activas solo del 6 al 10 de octubre, muy pocos días para disfrutar de tan bello espectáculo astronómico. Una primera desventaja para su observación a la que se une la de su media-baja intensidad, que para este año se espera sea de unos 10 meteo/h, siempre que las condiciones sean las adecuadas: cielos oscuros y despejados. Aunque esta vez parece que será así pues de un lado, meteorológicamente, el veroño se está portando y, del otro, el pasado miércoles nuestro satélite entró en fase de luna nueva o novilunio, por lo que su brillo no será un inconveniente lumínico.
Además, como siempre, la observación de esta lluvia de estrellas contará con dos factores a su favor: la de brillar con gran luminosidad y la de ser meteoros de movimiento lento, su velocidad media de entrada atmosférica será de 20 km/s. Quizás sean de los más lentos de cuantas lluvias existen, lo que hace que dure más su desplazamiento y resulten visibles durante más tiempo. Vayan las ventajas por las desventajas.
En otro orden de asuntos,
recordar que las lluvias de estrellas fugaces surgen cuando la Tierra,
en su movimiento de traslación alrededor del Sol, atraviesa las
corrientes de escombros que dejan a su paso cometas y asteroides.
Las mismas que con el tiempo quedan distribuidas a lo largo de la órbita de
dicho objeto, de modo que, cada vez que uno de estos
fragmentos colisiona con la atmósfera terráquea, vemos una estrella fugaz. En
realidad, un efecto lumínico del fenómeno de abrasión que experimenta y que
tiene lugar entre los 70 y100 km de altitud.
De su doble denominación indicar tan solo que responde, la primera, al hecho de que su radiante, lugar o punto de la bóveda celeste del que parecen surgir, se encuentra en la enorme constelación de Draco (el Dragón) en el hemisferio norte. Y la segunda, a que su progenitor es el cometa 21P/Giacobini-Zinner, de los más estudiados y llamado así en honor a sus descubridores: el astrónomo francés Michel Giacobini y el astrónomo e historiador alemán Ernst Zinner, quienes por primera vez constataron de forma oficial su presencia en los cielos, el 20 de diciembre de 1900.
En lo
que respecta a su observación le recuerdo que las lluvias de estrellas son
visibles a simple vista, y le aconsejo lo haga hoy viernes, alrededor de las
21:00 CEST, desde un lugar lo más alejado de la contaminación lumínica, bien
abrigado, en buena compañía y tumbado en una cómoda butaca abatible. Le dejo
con una tolemáica, ‘Es el Sol el que gira en torno a la Tierra, eso lo ve
cualquiera…’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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