miércoles, 9 de diciembre de 2020

Titilar: estrellas y planetas

(Continuación) Por supuesto que sí, claro que continúa, no nos queda otra si queremos ser justos con todas las partes. Tras enrocar la maravillosa referencia musical del fenómeno astronómico conocido como lucero del alba, recuerden la canción (‘Angel of the morning’. Canción), se nos quedó en el tintero la última de las diferencias que establecimos entre éste y las estrellas.

Algunas diferencias como sus cantidades, tamaños, trayectorias, composiciones, distancias, ¿cuándo y cómo se ven?, y por supuesto el hecho de que ellas, las estrellas, titilen y el lucero del alba, a efectos científicos, recuerde, no es más que un planeta, no.

Si en una noche despejada levantamos la vista al oscuro cielo podremos ver innumerables puntos luminosos de los que la inmensa mayoría son estrellas y tan solo unos pocos algunos de los planetas de nuestro sistema solar. Y para diferenciarlos a simple vista está la regla general de más arriba: si titila, es una estrella; si no, es un planeta, probablemente Marte, Venus, Mercurio o Júpiter. Bien, pero ¿qué es titilar?

¿Qué significa titilar?

Como suelo hacer en estos casos he tirado del DEL y para este verbo intransitivo de etimología latina (titillāre “hacer cosquillas”), leo que contiene una segunda acepción muy adecuada a nuestros intereses, la de: 2. ‘Centellear con una ligera oscilación un cuerpo luminoso’. Que es lo que hacen las estrellas, parpadear, encenderse y apagarse intermitentemente, resplandecer con un leve temblor; ése es el significado de la onomatopéyica voz titilar.

Una acción que, bien pensado, no es una propiedad exclusiva de las estrellas pues la puede experimentar cualquier foco lumínico cuando se enciende y se apaga rápidamente, por ejemplo, una lámpara con problemas de conexión o un foco a punto de quemarse. Ambos pueden titilar.

Y no le digo nada de ese símbolo para millones de personas que es el árbol de Navidad, con sus luces recorriendo toda su estructura y titilando constantemente. De hecho, todas las luces navideñas se venden con la función de parpadeo.

Otras acepciones

Por completar esta visita al diccionario le pongo negro sobre blanco la primera de las acepciones que aparece del término en el diccionario: 1. ‘Agitarse con ligero temblor alguna parte del organismo animal’. Una parte por tanto de las personas o de los animales, que no tiene que ser lumínica, y así los párpados humanos pueden titilar cuando el individuo tiene mucho sueño o sufre cansancio ocular.

Una sensación de movimiento, la de que el ojo late, que se vincula a la presión que ejercen los vasos sanguíneos sobre los músculos de la zona y que, desde un punto de vista clínico, se conoce como ‘mioquimia superior oblicua’. Pero a lo que vamos, las estrellas titilan y los planetas no. (Continuará)


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