(Continuación) Por supuesto que sí, claro que continúa, no nos queda otra si queremos ser justos con todas las partes. Tras enrocar la maravillosa referencia musical del fenómeno astronómico conocido como lucero del alba, recuerden la canción (‘Angel of the morning’. Canción), se nos quedó en el tintero la última de las diferencias que establecimos entre éste y las estrellas.
Algunas diferencias como sus cantidades, tamaños, trayectorias, composiciones, distancias, ¿cuándo y cómo se ven?, y por supuesto el hecho de que ellas, las estrellas, titilen y el lucero del alba, a efectos científicos, recuerde, no es más que un planeta, no.
Si en una noche despejada levantamos la vista al oscuro cielo podremos ver innumerables puntos luminosos de los que la inmensa mayoría son estrellas y tan solo unos pocos algunos de los planetas de nuestro sistema solar. Y para diferenciarlos a simple vista está la regla general de más arriba: si titila, es una estrella; si no, es un planeta, probablemente Marte, Venus, Mercurio o Júpiter. Bien, pero ¿qué es titilar?
¿Qué significa titilar?
Como suelo hacer en
estos casos he tirado del DEL y para este verbo intransitivo de
etimología latina (titillāre “hacer cosquillas”), leo que contiene una
segunda acepción muy adecuada a nuestros intereses, la de: 2. ‘Centellear
con una ligera oscilación un cuerpo luminoso’. Que es lo que hacen las
estrellas, parpadear, encenderse y apagarse intermitentemente, resplandecer con
un leve temblor; ése es el significado de la onomatopéyica voz titilar.
Una acción que, bien
pensado, no es una propiedad exclusiva de las estrellas pues la puede
experimentar cualquier foco lumínico cuando se enciende y se apaga rápidamente,
por ejemplo, una lámpara con problemas de conexión o un foco a punto de
quemarse. Ambos pueden titilar.
Y no le digo nada de ese símbolo para millones de personas que es el árbol de Navidad, con sus luces recorriendo toda su estructura y titilando constantemente. De hecho, todas las luces navideñas se venden con la función de parpadeo.
Otras acepciones
Por completar esta
visita al diccionario le pongo negro sobre blanco la primera de las acepciones que
aparece del término en el diccionario: 1. ‘Agitarse con ligero temblor
alguna parte del organismo animal’. Una parte por tanto de las personas o
de los animales, que no tiene que ser lumínica, y así los párpados humanos
pueden titilar cuando el individuo tiene mucho sueño o sufre cansancio ocular.
Una sensación de movimiento,
la de que el ojo late, que se vincula a la presión que ejercen los vasos
sanguíneos sobre los músculos de la zona y que, desde un punto de vista clínico,
se conoce como ‘mioquimia superior oblicua’. Pero a lo que vamos, las
estrellas titilan y los planetas no. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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