Con tan llamativa expresión se conoce a una hipótesis de ciencias sociales, publicada en la revista cultural estadounidense The Atlantic Monthly (1982) por el politólogo James Q. Wilson (1931-2012) y el criminólogo George L. Kelling (1935-2019), según la cual el crimen es el resultado inevitable del desorden, de forma que si conseguimos anular o minimizar al segundo podremos evitar en buena medida al primero.
En dicho artículo aparece
la locución tolerancia cero para
definir la solución propuesta, que fue tomada literalmente de la ‘Safe and
Clean Neighborhoods Act’ (“Ley de Vecindarios Seguros y Limpios”), aprobada
en Nueva Jersey en 1973 y cuyo origen gramatical se remonta al año anterior y al
Diccionario de Etimología, donde aparece su primer uso registrado online
(1972) en la política estadounidense.
Planteamiento teórico
Una teoría de las ventanas rotas (broken windows theory, BWT) cuyo título procede del ejemplo con el que se ilustra la misma, a través de la analogía con un edificio de ventanas rotas, y que más o menos le resumo.
Imagine un edificio al
que, por las circunstancias que sean, un día se le rompe el cristal de una
ventana y éste no se arregla con prontitud. Lo más probable es que transcurrido
un tiempo, otras personas con poco sentido cívico sigan rompiendo otros
cristales o quizás hasta irrumpan en el edificio y, si está abandonado, es
posible que lo ocupen o lo incendien. Todo por un cristal roto no arreglado a
tiempo y éste es solo el ejemplo del titular.
Algo parecido es lo que
sucede con los grafitis, si
en un cierre o en un muro en blanco aparece una pintada, no tardarán en
llenarse de ellas. O piense ahora en una acera donde alguien deje tirada una
bolsa de basura, no tardará mucho para que el número de bolsas allí abandonadas
aumente y con ello la suciedad, la insalubridad, el deterioro del entorno, y
así ad nauseam.
Unas situaciones ambientales, las anteriores, que podemos hacer extensivas a la seguridad ciudadana en general y que, según los principios de la teoría de las ventanas rotas, la única forma de impedir esta escalada de infracciones es actuar inmediatamente, con toda la severidad posible contra el infractor y en cada una de las infracciones que cometa.
Conclusiones teóricas y postulados prácticos
De dicho estudio sobre
la causa de la criminalidad, Wilson y Kelling, concluyeron:
a) Si se rompe un
vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos
todos los demás. Cuando una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parezca
no importarle a nadie, crece el número de infracciones que se comentan en ella.
b) Si se cometen
pequeñas faltas y no son sancionadas, pasarán a ser faltas mayores, luego
delitos y después delitos cada vez más mayores. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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