(Continuación) Es lo que
ocurre con la mayoría de las estrellas, a excepción del Sol que está
mucho más cerca y por tanto,
b) es mayor su tamaño angular aparente que el de las ‘lentes atmosféricas terrestres’, presentando una superficie más grande, lo que posibilita que dicho ángulo subtendido cubra varias de estas lentes, haciendo que sus efectos se compensen y veamos una intensidad de luz más o menos constante. No, al Sol no lo vemos titilar.
Titilando que es gerundio
Es lo mismo que le
ocurre a la Luna y algunos de los planetas visibles a simple
vista, cuyas imágenes son discos de grandes superficies iluminadas parcial o
totalmente por nuestra estrella, por lo que las perturbaciones atmosféricas no
consiguen alterar apreciablemente sus posiciones y brillos. Razón por la que no
titilan.
Desde el punto de vista astronómico los planetas visibles sin mucha dificultad a simple vista desde la Tierra son los cinco (5) más cercanos, a saber: Venus, Marte, Mercurio, Júpiter y Saturno, y de ellos sólo cuatro (4) no titilan, ya que sus diámetros angulares aparentes (típicos) son mayores que las lentes de nuestra atmósfera.
Estos son: Venus
(3,2·10-4 rad), Marte (1,2·10-4 rad), Júpiter
(2,4·10-4 rad) y Saturno (1,0·10-4 rad), es decir
mayores que 4·10-5 radianes u 8’’de arco aproximadamente. El resto
no titila -o al menos no lo hace de forma apreciable a simple vista, debido a
su tamaño-, sin embargo, con un telescopio enfocado por ejemplo en Júpiter, se
puede apreciar la acción de la atmósfera en la
luz que nos llega de él, sobre todo cuando se encuentra cerca del horizonte.
¿Y por qué unas estrellas titilan más que otras?
En buena medida hemos dado ya respuesta a esta pregunta. A simple vista, si miramos al cielo en una noche clara y libre de contaminación lumínica veremos que algunas estrellas centellean más que otras, y la explicación se encuentra en la influencia de distintos factores ya comentados: naturaleza y composición del cuerpo celeste en cuestión, distancia que nos separa de él, intensidad de la luz (radiación electromagnética) procedente del mismo y, por supuesto, la existencia de nuestra propia atmósfera.
Es decir, que si las
observamos desde el espacio exterior veremos que las estrellas no titilan, algo
que ya adelantamos en la entrada anterior cuando dijimos que no lo hacían
vistas desde la Luna o el telescopio Hubble, que no tienen
atmósfera. Por cierto, el fenómeno óptico funciona también en sentido inverso y
no necesitamos de tanta distancia para comprobarlo.
Si estamos atentos, la posibilidad de un viaje de avión nocturno y buenas condiciones de visibilidad, podremos ver titilar farolas, faros y luces de pueblos y ciudades, a pesar de que la distancia que nos separa de ellas es tan solo de unos pocos kilómetros. Me despido por ahora, aunque le pongo sobre aviso que hay algunas preguntas en el aire. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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