(Continuación) Tras la
tercera aproximación del quinteto de la entrega anterior, y de plena naturaleza
científico-técnica también, pasamos a la cuarta, ya en las proximidades de la
misma Luna.
Fue, después de cuatro días de
viaje, el 19 de julio, cuando Houston les comunica que el Apolo 11 ha
entrado en el campo gravitatorio lunar, por lo que empiezan a orbitar al satélite y
es cuando el módulo lunar (ML), llevando a bordo a Armstrong y Aldrin,
inicia las operaciones de separación del de servicio (CSM) para alunizar, mientras
éste, pilotado por Collins, se queda orbitando al satélite a noventaisiete
kilómetros (97 km) de altura sobre su superficie. Una crítica operación motorizada
que duró dos horas y se culminó con éxito.
4.- ALUNIZAJE DEL EAGLE, 20 DE JULIO DE 1969
Con uno pleno pues, 4 días, 6 h, 45 min y 4 s después de haber despegado de la Tierra alunizaba el módulo lunar, al sur del Mar de la Tranquilidad, Mare Tranquillitatis, exactamente en el punto de coordenadas 0º 42' 50" N - 23º 42' 28"E. Eran las 20:17:40 hora internacional UTC, las 22:17:40 hora peninsular española del día 20 de julio de 1969, que entonces cayó en domingo.
Era la primera nave tripulada
en la historia del hombre, que se posaba sobre la superficie de un mundo
distinto y distante al de la Tierra. Un mar por tanto lejano, a trescientos
ochenta y cuatro mil cuatrocientos tres kilómetros (384 403 km) distancia, y que
sin embargo, en aquel momento, a todos los que lo pudieron presenciar a través
de la televisión les pareció que estaba más cerca que nunca.
Dificultades del descenso
Un descenso que duró
trece minutos (13 min) y no estuvo exento de dificultades, principalmente dos
de ellas pero que, por fortuna, pudieron ser subsanadas. La primera surgió
cuando en pleno descenso lunar, el ordenador de a bordo se colapsó, entró en lo
que en la jerga informática se conoce como un ‘overflow’ y no podía
procesar toda la información que le llegaba. Conviene tener presente que ese
ordenador de 1969 era muy, muy, muy inferior a cualquiera de los que, hoy día,
tenemos en nuestras casas. Por ventura, se solucionó el “tapón informático”.
La segunda dificultad,
derivaba de la primera. Mientras estuvo inoperante el ordenador, el módulo se
había alejado del lugar previsto para el alunizaje y en vez de estar sobre un
terreno llano lo hacía a seis kilómetros (6 km) de distancia del lugar escogido
y descendía hacia un cráter, donde no se veía un sitio adecuado. Un grave
peligro, en ciernes. Y lo peor era que, en el motor de frenado, tan solo quedaba
combustible para treinta segundos (30 s). (Continuará)
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las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
1 comentario :
Bien estructurada la saga sobre la aproximación científica-técnica de la misión Apolo 11. Tengo curiosidad por ver otras aproximaciones: de comunicación, literarias, cómics, musicales, cinematográficas, etcétera
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