Hoy viernes 21 de
junio a las 17 h 54 min, hora peninsular, hará su entrada oficial la estación
estival astronómica, esto delo por seguro, que vendrá acompañada de
la meteorológica, aunque esto otro ya no se lo puedo asegurar, pues no
es lo mismo astronómico que meteorológico y, como ya decía mi abuela María,
“Carlitos, el tiempo está loco”. Lo hará porque, justo a esa hora tiene lugar
el solsticio de verano, un fenómeno cósmico iniciador del estío que como
tal durará 93 días y 15 horas, terminando el 23 de septiembre. Es lo que tiene
el verano, que dura exactamente lo que tarda en llegar el otoño. Una fecha de
inicio que por cierto no es siempre la misma, y que a lo largo de este siglo
caerá en 20, 21 y 22 de junio. La más tempranera en sus postrimerías (2096), ya
veremos quién está aquí para ratificarlo, y la más tardía ya ocurrió pues fue
en el 2003.
¿Por qué comienza el
verano en esos días? Como muchos de los asuntos humanos, el inicio de las
estaciones es fruto de un acuerdo y en su caso, por convenio, viene dado por
aquellos instantes en los que la Tierra ocupa unas determinadas
posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el del verano esta
posición se da en aquel punto de la eclíptica en el que el astro alcanza
su posición más boreal, así que solsticio es un término astronómico relacionado
con la posición del Sol en el ecuador celeste y, el día en el que esto sucede
alcanza su mayor declinación Norte. Una altura máxima al mediodía que durante
varias fechas apenas cambia, de ahí su nombre que proviene del latín solstitium
o “Sol quieto” y alude a la impresión que produce a simple vista, de estar
quieto en el cielo. Por supuesto que esto que escribo es para el hemisferio
norte porque, justo en ese mismo instante, pero en el sur, lo que se inicia es
la estación del invierno.
Acerca del solsticio. En
lo que concierne al solsticio de verano, han de saber que la expresión se
corresponde con un hecho singular, trato de decir que dura sólo un momento, que
el cambio astronómico de estación se produce instantáneamente y que no es una
fecha ni dura un día entero, aunque acostumbremos a llamar solsticio al día en
el que ocurre. Otra cosa es el cambio meteorológico, que no se produce de forma
repentina. A causa del doble y continuo movimiento de rotación y traslación del
planeta, aquél tiene lugar de forma gradual y constante, con el transcurrir de los
días, semanas y meses. Y la cita: ‘Lo que en junio se moja, en junio se seca’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si
desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 21 de junio de 2019, en la
contraportada del semanario Viva Rota, donde también la
pueden leer.
2 comentarios :
Un artículo muy bueno, directo al grano. Enhorabuena
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¿A donde conduce el ÍNDICE del final de las entradas [CR-XX]? Supongo que aún no lo tiene "enrocado"
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