miércoles, 9 de septiembre de 2020

Una centena ya [CR-100]

[Esta entrada apareció publicada el 4 de septiembre de 2020, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Con semejante titular arranca mi particular curso periodístico 2020/2021 pues, si las cuentas no me fallan, esas son las veces que he tenido el honor y el placer, a partes iguales, de asomarme a este balcón en la contraportada de ‘Viva Rota’ y hacerlo nada menos que con la pretensión de divulgar ciencia, que se dice pronto.
Como saben, basta tirar de diccionario para ello, el nombre femenino de centena es una de las formas con las que se puede designar a todo conjunto de cien elementos, cualquiera que sea su naturaleza: libros, canicas, fotografías o, como es el caso, columnas semanales de un periódico. Lo que cuenta es que haya cien, numeral cardinal, (indica que el nombre al que acompaña o al que sustituye está exactamente 100 veces, “son cien artículos”).
Centena o centenar, nombre masculino, que también de esta forma se puede decir sin incurrir en error gramatical, algo que no podemos afirmar de las palabras ciento y centón, parecen igual pero no son lo mismo, y que más adelante retomamos. Cien, un guarismo que con frecuencia utilizamos en nuestra vida cotidiana, con ciertas singularidades científicas que ya se imagina le voy contar.
Por ejemplo, desde el punto de vista de las matemáticas, en este valor está basado el sistema de porcentajes o de tanto por ciento con el que se significa una cantidad dada como fracción de cien partes iguales. Se suele representar con el símbolo de dos ceros pequeños separados por una barra inclinada (%) y lo vemos de manera profusa en los comercios, indicándonos las ventajas económicas de sus rebajas.
También es el número de divisiones que tienen la mayoría de las divisas que en el mundo existen, y así nuestro euro se divide en cien céntimos, como la libra esterlina lo hace en cien peniques y el dólar en cien centavos. Y ni que decirle tengo que es el número de años que contiene un siglo del que, ya de la que va, le recuerdo acaba en 00 no en 99, vamos que el pasado siglo XX empezó en 1901 y acabó el 31 de diciembre de 2000.
Siguiendo en este mismo campo -aunque ya no tan cotidianas, pero no por ello menos curiosas- están estas otras dos propiedades. Una bachillera. Es el valor de la suma de los nueve primeros números primos (2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23), compruébelo y verá que sale 100. Y no, no hay ningún tipo de error tipográfico en lo anterior, no me he equivocado, a pesar de que en no pocos libros de texto de Primaria y Secundaria aparezca el número 1 como primo, pero no es cierto. ‘Una centena ya’ le decía, que no un centón.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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