(Continuación) Y de la antigua creación del breve
adagio latino del poeta Horacio, más allá de su archicitado Carpe
Diem, a la divulgación moderna de la frase-lema de la Ilustración
del filósofo Kant.
'Sapere Aude'. Kant
Es una de las numerosas traducciones junto a “atrévete
a saber”, “atrévete a ser sabio”, “atrévete a pensar por ti mismo” o “ten el
valor de utilizar tu propia razón”, y su popularización se debe al
ilustrado filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804), que la utiliza al
comienzo de su famoso ensayo ‘Respondiendo una pregunta: ¿Qué es la
Ilustración?’ (Beantwortung der Frage: Was ist Aufklärung?) de 1784. Dice
así:
‘La Ilustración es la liberación del hombre de
su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse
de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su
causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para
servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el
valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la Ilustración’.
Mito del conocimiento
“¡Atrévete a pensar!” (Sapere Aude), una expresión que gracias al texto de Kant
se asocia con la Ilustración, de la que se convierte en uno de sus
principales lemas, y que el filósofo emplea
para desarrollar sus teorías de la aplicación de la razón, en la esfera pública
para los asuntos humanos.
Un tópico literario utilizado desde entonces
con frecuencia y una frase que ha pasado a ser lema de distintas instituciones
culturales y educativas. Que me conste de primera mano, en el sector educativo
existen: un instituto cordobés que lo lleva de lema y un par de universidades,
la de Huelva y la Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que lo portan en su
escudo.
Un buen lema en cualquiera de sus dos traducciones:
la antigua horaciana asociada a la moralidad, ‘¡Atrévete a tener juicio!’, o la
moderna kantiana ligada al pensamiento, ‘¡Atrévete a pensar!’ ‘Sapere aude’, el
mito del conocimiento.
Sólo con un valor presencial por ahora y para completar
el planteamiento inicial, enroco dos referencias más al proverbio latino junto a
una aportación científica por parte del autor de la Crítica de la razón pura
(1781).
Otras referencias y una aportación
La primera de las referencias está situada cronológicamente
entre el poeta romano y el filósofo prusiano. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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