lunes, 14 de septiembre de 2020

Kant: Universo-isla y el ornitorrinco

(Continuación) En otro orden de asuntos del saber, ya se imagina que voy por el científico, el prusiano hizo una aportación casi treinta años antes que la filosófica Atrévete a saber’ de 1784, su interpretación ilustrada del horaciano ‘Sapere aude’ del siglo I.
Está relacionada con la formación y evolución del universo y se mueve entre la cosmogonía -rama del conocimiento que pretende dar respuestas míticas, enfocadas hacia dioses, aunque con explicaciones racionales- y la cosmología, parte de la astronomía que estudia las leyes físicas generales acerca del origen y evolución del universo.
Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, 1755
Ese es el título de la obra de Immanuel Kant (1724-1804), la publicó anónimamente, en la que desarrolla sus hipótesis sobre el universo, si bien el título completo es Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, o ensayo sobre la constitución y el origen mecánico de todo el edificio del mundo, tratado según principios newtonianos.
En ella despliega la hipótesis de la nebulosa protosolar, según la cual nuestro Sistema Solar (conjunto de objetos astronómicos entre los que se halla la Tierra) se formó de una gran nube de gas, de una nebulosa. Un intento de explicación del orden existente en nuestro sistema, que con anterioridad el genial Isaac Newton (1643-1727) había determinado como impuesto por Dios desde el comienzo de los tiempos.
En su libro Kant también deduce, y de forma correcta, que la Vía Láctea, galaxia en espiral donde se encuentra el sistema solar y por ende nosotros, es un gran disco de estrellas formado asimismo a partir de una nube giratoria. Y no se queda ahí, en un tiro por elevación sugiere que es posible el hecho de que otras nebulosas puedan ser a su vez gigantescos discos de estrellas distantes, como nuestra galaxia.
Estamos ante la idea de Universo-isla para ellas, una expresión que gozó de cierta popularidad hasta bien entrado el pasado siglo XX pero que dejo aquí. Y del todo a la parte, en la tercera sección del libro, ‘Sobre los habitantes de los astros’, el filósofo desarrolla nada menos que una teoría de la vida extraterrestre. Qué me dice.
Hipótesis nebular
Se trata de un modelo cosmológico que con posterioridad retomó su contemporáneo Pierre-Simon Laplace (1749-1827) quien en 1796 hipotetiza que la nebulosa solar rotaba lentamente en su origen. Una idea más detallada, pero no más acertada, de la formación del sistema solar a partir de una nebulosa rotante primigenia cuya concepción moderna equivalente es la del disco de acrecimiento.
Por lo que tengo leído se suele hablar de ambas teorías como de una sola, la teoría de Kant-Laplace sobre el origen del sistema solar, también conocida como la teoría de la nebulosa protosolar. Ya, me queda lo del ornitorrinco. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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