viernes, 18 de septiembre de 2020

‘El joven inventor’ de Oscar Wilde (1)

Cerca de dos manitas son las veces en las que le he traído a estos predios una entrada sobre el escritor, poeta, ensayista y dramaturgo dublinés. Una particular corriente de juicio que empezó justo hace ya una docena de años, creo que fue el 29 de febrero de 2008 (Oscar, siempre Wilde), primer año bisiesto en la existencia de Enroque de Ciencia. Tras él vinieron ‘La locura de Simón’, ‘La resurrección de Lázaro’, ‘La ilusión del libre albedrío’, ‘El poeta en el Infierno’, ‘La actriz’ y ‘Presencia de ánimo’.

Un Oscar Wilde cuentista, una faceta literaria más, de obligada lectura y al que hay que frecuentar si realmente queremos conocer su talento en toda plenitud porque, además de lúcido escritor, el irlandés fue un gran orador, como así se mostraba y demostraba cada vez que en las tertulias y charlas con amigos y conocidos tomaba la palabra.

Algo que hizo a lo largo de toda su vida, deleitándolos con sus extraordinarias narraciones orales en las que la temática y el estilo eran de lo más variado y curioso. Oscar era amante de los relatos tristes, religiosos, sociales, irónicos, satánicos, hedonistas, y sus antónimos, a partes iguales. O sea.

Sirvan de botones de muestra de lo que le digo: ‘La rosa de la infanta’, ‘El hombre que sólo podía pensar en bronce’, ‘La casa del juicio’ y uno muy curioso, ‘El ojo de vidrio’, un precioso relato sobre un hombre rico, un mendigo y un ojo de cristal con un final de esos que dejan a uno con la boca abierta.

Sin olvidarnos de la maravilla que es ‘El espejo de Narciso’ y la ironía que se desprende en los relatos titulados ‘El joven derrochador’ y ‘El joven inventor’, siendo por otro lado encantador el cuento ‘La moneda falsa’ que trata sobre la esperanza, ese estado de ánimo para unos y virtud teologal para otros. Un cuento en el que Wilde relata cómo un hombre sin recursos económicos, encuentra en determinadas circunstancias una moneda de oro que le cambiará la vida, naturalmente hay que leer el relato, y hasta el final, para conocer la forma en que lo hace.

Como puede ver la temática es variada y hay casi de todo, como en botica, no en vano el autor era un ingenioso conversador y un profundo diletante, dueño de una vasta cultura y de un alto sentido de la belleza. Genio y talento.

Y aunque su obra es una constante celebración de la vida a la luz del arte, él en realidad es un gran representante del decadentismo finisecular. No olvidemos que llegó a decir en cierta ocasión, que la gran tragedia de su vida había consistido en haber puesto su genio en la vida y sólo el talento en sus obras. O sea que. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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