miércoles, 2 de septiembre de 2020

'Gabinete Cagalera'. Humor

(Continuación) Tenías querencia a la barra / y tuve que tomar tres puyazos de ron / para sacarte a los medios / con el beneplácito de la afición / que con olés me animaba / mientras me arrimaba a tan brava mujer. Y así continúan apareciendo expresiones y términos taurinos hasta el final de la canción. Genial.
Es evidente que, junto a la música, Urrutia tenía y tiene otra gran pasión, los toros, que le viene de su abuelo materno Javier Valenzuela, empresario de la plaza de toros de Málaga, y sobre todo de su padre Julio Urrutia, crítico taurino del diario Madrid. Vamos que de casta le viene al galgo. De hecho, en el primer disco de estudio del grupo ‘Que Dios reparta suerte’ publicado en 1983, una de las canciones, Sangre española, está dedicada al torero Juan Belmonte ‘El pasmo de Triana’ uno de sus ídolos y a quien cuenta, llegó a estrechar la mano en una ocasión.
Desde entonces los guiños a la tauromaquia en sus actuaciones y discografía no han faltado, hasta el punto de que algún entendido ha llegado a catalogar su música como ‘rock taurino’. Sin ningún comentario que hacer dada mi falta de conocimientos taurinos y musicales, perdonen, pero mejor le dejo con la letra que sigue así: Y yo bolinga, bolinga, bolinga / haciendo frente a la situación. / Con torería y valor / y allí en la arena del night club. / Citando sin ventaja y contento de ron / te ceñí la cintura. / Palpando tu faja con garbo y valor / entre olés, ovaciones / y aclamaciones de satisfacción. / La culpa fue del Cha-cha-chá / que tú me invitaste a bailar / embistiendo a mi capote.
"Gabinete Cagalera", 1990
Le apuntaba más arriba a la letra de La culpa fue del chachachá como causa del inicio del declive del grupo Gabinete Caligari, sin embargo, no faltan exégetas que apuntan a que éste no empezó ahí sino un poco después, en concreto con la parodia que el humorista Millán Salcedo del grupo Martes y Trece, hizo en el programa especial Fin de Año de 1990 para TVE.
Seguro estoy que la recuerda, tras un gag con forma de presentación por parte de Josema Yuste empiezan a sonar los acordes de la canción, mientras la cámara nos acerca poco a poco al cantante, a la vez que aparece un rótulo que dice “Gabinete Cagalera” y descubrimos que el solista no es Urrutia sino la parodia que Salcedo hace de él y de su letra, La culpa fue de la chacha. Una imitación para algunos faltosa, grotesca y cruel que desde entonces no le ha abandonado, y que vino acompañada del consiguiente cachondeo popular y machaque mediático profesional.
Como antes, por falta de criterio bien fundamentado, me abstengo de opinar sobre su causalidad en el principio del fin del grupo. En lo que respecta a la imitación me parece que el humorista la clava y que es tan certera como, quizás, intelectualmente grosera. De hecho creo que son pocos los que, tras el rostro de Jaime no ven en realidad el de Millán, es más, el propio cantante admitió que por la calle la gente le confundía con el humorista. Vivir para ver. (Continuará)

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