(Continuación)
Ya lo hemos comentado con anterioridad, como tantos
otros este mito está basado en algo cierto, en un dato correcto a veces irrelevante
y siempre parcial que mal aprehendido, ampliado y generalizado, puede hacernos pensar
que estamos ante una certeza. Ante una verdad pseudocientífica a la que si le
damos el tiempo necesario y suficiente antes que después terminará por
instalarse en la consciencia colectiva como si fuera científica.
Esta es la verdad de la mentira de esta
falacia según la cual hay que sacar las plantas del dormitorio por las noches
porque respiran (esto es cierto) y este consumo vegetal de oxígeno puede ser
nocivo para nosotros (esto no es cierto). Una verdad en forma de convencimiento
que, aparte de la credulidad y la creencia, podría tener una
cierta base científica, si nos atenemos a las funciones de nutrición y
respiración de las plantas que en los distintos niveles educativos (escolar,
bachiller y universitario) nos han ido enseñando. Veámosla de forma somera.
Leyenda urbana. Ciencia escolar
Desde el punto de vista académico este mito
arranca en los tiempos de colegio donde se enseña de forma simplificada, dos de
los procesos contrarios que realiza una planta para sobrevivir. La fotosíntesis,
mecanismo por el que durante el día absorben
dióxido de carbono y expulsan oxígeno y la respiración, según el
cual durante la noche las plantas absorben oxígeno y expulsan dióxido de
carbono. Y en esta simplificación errónea del balance gaseoso vegetal, puede radicar
el origen científico de la falacia.
Un error que unido a la joven y poco
crítica edad a la que la recibimos y al apostillamiento de la creencia en casa
por parte de nuestros mayores, conducen al falaz resultado conocido que durante
generaciones hemos oído, creemos haber oído, recordamos o creemos recordar.
La idea superficial de que las plantas
respiran durante la noche, consumiendo el oxígeno que necesitamos y expulsando el
dióxido de carbono que nos asfixia, es algo que dicho así es para inquietar a
cualquiera. Máxime si la idea se ve reforzada tanto en esquemas, nada
recomendables por ser parcialmente incorrectos, como en errores conceptuales expresos,
por acción u omisión, y que suelen pulular por algún que otro libro de texto.
Ésa es la impronta científica escolar que
prevalece a lo largo del tiempo, reforzando el supuesto poder letal de las 'plantitas de dormitorio'. Sin embargo, ¿cuánto hay de cierto en esta impronta?
¿qué parte de verdad hay en que “las plantas respiran oxígeno de noche y nos lo
quitan, por lo que no debemos dormir con ellas”. Pero la vida académica no acaba
aquí, el Bachillerato también existe.
Leyenda
urbana. Ciencia bachillera
Aunque parecida, la etapa bachillera de
nuestra educación clarifica bastante lo que sabemos a ciencia cierta sobre este
doble y contrario balance gaseoso de los vegetales. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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