(Continuación)
Y del sector de Ypres dicen que se propagó a otros lugares del frente, de donde
se cuentan otras historias -algunas quizás apócrifas- acerca de “peloteos futboleros”
entre fuerzas enemigas que, debido a las irregularidades del terreno y las
condiciones meteorológicas, quizás solo fueran partidillos, pachanguitas,
chutes o simples toques, pero qué más da.
Y de los
resultados vaya usted a saber cuáles fueron, que si acabó 2-1, que si fue un 4-1,
que sí…, por supuesto dejo a su imaginación qué equipo era el que jugaba en
casa deportivamente hablando, claro.
Un
apunte más. Según una reciente publicación, se han identificado hasta 29 de
estos encuentros futboleros, aunque la verdad sin ofrecer demasiados detalles,
entre ellos: uno entre la Royal Field Artillery contra prusianos, cerca
de Ypres; otro entre alemanes y tropas escocesas.
Estotro
entre los Sutherland Highlanders y alemanes sin identificar, éste es el
que supuestamente acabó con resultado de 4 a 1 para los británicos; y esotro
entre británicos y alemanes cerca de Le Touguet, en este caso con una lata de
conservas vacía haciendo las veces de pelota.
O cuando
el fútbol es capaz de poner pausa a una guerra ¿Podría el grito de un gol enmudecer
el estruendo de un arma?, pero a lo que vamos, haber hubo futbol y tregua, otra
cuestión es cuántos hubo y cuánto duraron.
Fin de la tregua
Lo
cierto es que en la mayoría del frente occidental esos días fueron como otros más
de guerra, y en aquellos que hubo tregua ésta tuvo una duración dispar: desde los
sectores en los que solo duró la Nochebuena, hasta aquellos en los que se
extendió al mismo Año Nuevo e incluso cuentan que el mes de febrero.
Pero por
desgracia aquellos hechos, aquellas pequeñas treguas no oficiales, llegaron a
oidos de la prensa, lo que provocó el recelo y temor de los altos mandos
militares, que dictaron estrictas órdenes para que aquella situación no se volviera
a repetir.
Se
amenazó con castigos severos en caso de que continuaran, se tipificó como
delito de traición el confraternizar con el enemigo y se
tomaron medidas preventivas como la de rotar a la tropa por varios sectores del
frente a fin de evitar que se familiarizara demasiado con el enemigo.
También, en los años siguientes,
en la víspera de la festividad se ordenaron bombardeos de artillería para minimizar
o anular el rebrote de una nueva tregua. Así y todo, hasta el final de la
guerra, se produjeron varios altos amistosos entre ambos bandos, si bien es
cierto que a un nivel mucho menor que el de los navideños de 1914.
La guerra siguió y nunca más hubo
en ella una tregua de navidad como esa, ni se volvió a jugar un partido de
futbol como único enfrentamiento entre enemigos. Está documentado también que,
dos años después, durante la Pascua de Navidad de 1916, hubo una tregua similar
pero en el Frente Oriental.
Les hablaba más arriba, y de pasada, de
la significativa y simbólica carga cultural del encuentro de futbol, pero al
releerlo me ha surgido una duda, ¿es el fútbol una actividad que puede
catalogarse como cultura? Claro que por otro lado, y si lo pensamos mejor,
¿a qué llamamos cultura? (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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