miércoles, 25 de diciembre de 2019

Guerra, Navidad y futbol (y 3)

(Continuación) Y del sector de Ypres dicen que se propagó a otros lugares del frente, de donde se cuentan otras historias -algunas quizás apócrifas- acerca de “peloteos futboleros” entre fuerzas enemigas que, debido a las irregularidades del terreno y las condiciones meteorológicas, quizás solo fueran partidillos, pachanguitas, chutes o simples toques, pero qué más da.
Y de los resultados vaya usted a saber cuáles fueron, que si acabó 2-1, que si fue un 4-1, que sí…, por supuesto dejo a su imaginación qué equipo era el que jugaba en casa deportivamente hablando, claro.
Un apunte más. Según una reciente publicación, se han identificado hasta 29 de estos encuentros futboleros, aunque la verdad sin ofrecer demasiados detalles, entre ellos: uno entre la Royal Field Artillery contra prusianos, cerca de Ypres; otro entre alemanes y tropas escocesas.
Estotro entre los Sutherland Highlanders y alemanes sin identificar, éste es el que supuestamente acabó con resultado de 4 a 1 para los británicos; y esotro entre británicos y alemanes cerca de Le Touguet, en este caso con una lata de conservas vacía haciendo las veces de pelota.
O cuando el fútbol es capaz de poner pausa a una guerra ¿Podría el grito de un gol enmudecer el estruendo de un arma?, pero a lo que vamos, haber hubo futbol y tregua, otra cuestión es cuántos hubo y cuánto duraron.
Fin de la tregua
Lo cierto es que en la mayoría del frente occidental esos días fueron como otros más de guerra, y en aquellos que hubo tregua ésta tuvo una duración dispar: desde los sectores en los que solo duró la Nochebuena, hasta aquellos en los que se extendió al mismo Año Nuevo e incluso cuentan que el mes de febrero.
Pero por desgracia aquellos hechos, aquellas pequeñas treguas no oficiales, llegaron a oidos de la prensa, lo que provocó el recelo y temor de los altos mandos militares, que dictaron estrictas órdenes para que aquella situación no se volviera a repetir.
Se amenazó con castigos severos en caso de que continuaran, se tipificó como delito de traición el confraternizar con el enemigo y se tomaron medidas preventivas como la de rotar a la tropa por varios sectores del frente a fin de evitar que se familiarizara demasiado con el enemigo.
También, en los años siguientes, en la víspera de la festividad se ordenaron bombardeos de artillería para minimizar o anular el rebrote de una nueva tregua. Así y todo, hasta el final de la guerra, se produjeron varios altos amistosos entre ambos bandos, si bien es cierto que a un nivel mucho menor que el de los navideños de 1914.
La guerra siguió y nunca más hubo en ella una tregua de navidad como esa, ni se volvió a jugar un partido de futbol como único enfrentamiento entre enemigos. Está documentado también que, dos años después, durante la Pascua de Navidad de 1916, hubo una tregua similar pero en el Frente Oriental.
Les hablaba más arriba, y de pasada, de la significativa y simbólica carga cultural del encuentro de futbol, pero al releerlo me ha surgido una duda, ¿es el fútbol una actividad que puede catalogarse como cultura? Claro que por otro lado, y si lo pensamos mejor, ¿a qué llamamos cultura? (Continuará)
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