(Continuación) La que corona la pequeña capilla
es la misma cruz de forja que sobre una peana de ladrillos se colocó en 1649,
presidiendo el multitudinario enterramiento de las víctimas de la gravísima
epidemia de peste de ese año. Una cruz de hierro a la
que vecinos del barrio rezaban por los difuntos y le daban culto, alumbrándola con
velas y faroles y adornándola con flores, que con el tiempo fue origen al
parecer de la actual Hermandad del Baratillo, cuyas primeras reglas se
aprobaron en 1693 convirtiéndose dos siglos después, en 1893, en hermandad de
penitencia.
Y esta es la tercera historia o referencia
asociada al monumento, ahora de naturaleza cofradiera dado que explica el
motivo fundacional de la Hermandad del Baratillo, de la que les escribía
al principio en una especie “tres en uno”.
Ya saben, ese juego de palabras que a los que
tenemos ya una edad nos rememora el famoso spray 'Arreglatodo', si bien
les he de confesar que el de este enrocado no pretende arreglar nada, aunque sí
abordar tres aspectos de un mismo asunto.
Monumento de la ‘biodramina’
Una terna (marinera, necrológica y cofradiera) que
el pueblo sevillano ha convertido en cuarteto, como las caras que tiene el
prisma del monumento, y es que han de saber que, al poco de inaugurarlo, a la
gente le dio por llamarlo el “monumento de la biodramina”, como lo lee. Sí,
marchando una de ‘guasa sevillana’.
Cuentan que al parecer,
en los primeros días de los hechos, a una señora que por allí pasaba le dio por
leer la leyenda completa, para así enterarse de por qué estaba allí el marmóreo
monolito y claro, tuvo que darle seis revueltas por lo que al acabar y no falta
de razón espetó: “Pues no que parece que una va
en el barco dando vueltas”.
Una afirmación que completó
con: “Vamos que hay que tomar biodramina para leerse toda la explicación”.
Y concluir: “Una termina mareá”. Lo dicho. el monumento de la biodramina, el popular medicamento que
tomamos para combatir el mareo que nos produce viajar y del que, ya de la que
va, si me lo permiten les voy a dar unas pinceladas científicas al sevillano
modo.
Acerca de la Biodramina
Es el archi conocido nombre que tiene este fármaco
en España, desde que fuera comercializado en 1952, si bien fue el boom del Seat
600 y la llegada masiva de los coches a nuestro país, los detonantes que lo
convirtieron en un fármaco estrella, allá por la década de los 60.
Desde el punto de vista químico se trata de una
mezcla de, básicamente, tres compuestos químicos: dimenhidrinato, clorhidrato
de piridoxina y algo de cafeína para contrarrestar el sueño
provocado por los otros ingredientes activos.
El dimenhidrinato es un derivado de la difenhidramina
y de la 8-cloroteofilina, siendo el primero en un porcentaje del 55%, la
parte activa del medicamento que actúa como antiemético para prevenir y tratar
las náuseas y vómitos asociadas a los viajes en coche, barco o avión. Lo que se
dice por tierra, mar y aire.
Pero en realidad las sustancias
bioquímicas contra el mareo fueron descubiertas algunos años en los Estados Unidos,
pues los soldados que iban a combatir en Normandía ya llevaban este principio activo
para evitar marearse durante el viaje. Pero es ya otra historia y ésta acaba aquí.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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