jueves, 15 de septiembre de 2022

Proyecto nuclear “Islero”: Desarrollo y atonía

(Continuación) Dichos cálculos mostraban que el importe del proyecto nuclear era una cifra totalmente desorbitada para el presupuesto estatal del momento, que no debemos obviar dependía en buena medida de los acuerdos bilaterales con los Estados Unidos y, naturalmente, el gobierno de Franco temía muy mucho un nuevo bloqueo exterior.

No, España no estaba en condiciones de soportar más sanciones económicas, de modo que lejos quedaban, de un lado, los iniciales y prometedores propósitos de la JEN, al mandar a mediados del siglo pasado, a un grupo de científicos a estudiar física nuclear a EE. UU., entre ellos a Velarde.

Y del otro, se diluía la arropadora política del presidente estadounidense Eisenhover cuando, en 1955, patrocinó la idea del armamento nuclear como mecanismo disuasorio y de poder en las relaciones internacionales. Los tiempos cambian.

Historia de una España nuclear que pudo ser…

En primer lugar, gracias a los patrios propósitos y sus consiguientes avances en conocimientos científicos, que nos colocarían en una magnífica posición como país dentro del concierto internacional; no olvidemos el ostracismo intelectual y académico en el que vivía la dictadura franquista a mediados del siglo pasado.

Y después porque, gracias al patrocinio de la política nuclear estadounidense, se podrían solucionar los problemas energéticos que padecía España, con el establecimiento de centrales nucleares cuya producción de energía complementaría la de las hidráulicas y térmicas de tipo convencional. Sin duda Franco y su gobierno supieron ver el enorme potencial del uso pacífico de la energía nuclear.

Además estaba la otra vertiente, la aplicación militar de fabricar bombas nucleares, dicho así, en número plural; un pequeño arsenal en realidad, que mantendría lejos a nuestros enemigos a la vez que permitiría a España hacer oír su voz con más fuerza en el mundo. Un pensamiento éste -el de convertirse en potencia nuclear, la quinta entonces en el mundo-, en absoluto descabellado y a un par de pruebas me remito.

Una de ellas bien reciente, con Putin y su amenaza nuclear ante la resistencia ucraniana; malos tiempos para la lírica. Otra, de hace unos años, propiciada por el líder supremo norcoreano Kim Jong-un y su exhibición de armamento nuclear ante Estados Unidos. Malos tiempos también.

… y no fue. De momento

No por lo menos al cien por cien, 100 %, ya que construimos centrales nucleares pero no bombas de esa naturaleza física. (Continuará)


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