Otra lluvia de meteoros popular en esta estación son las Leónidas, cuyo máximo se se da alrededor del 17 de noviembre y que ocasionalmente llega a ser muy intensa. Pero la lluvia de estrellas más intensa de las otoñales suele ser la de las Gemínidas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 14 de diciembre. (https://astronomia.ign.es/web/guest/lluvias-de-meteoros)
En lo que respecta a esas agrupaciones ficticias de estrellas que conocemos como constelaciones, sólo decir que Andrómeda y Pegaso centran la atención de los cielos otoñales, y que ahora es el mejor momento para observar la Galaxia de Andrómeda (M31) en toda su majestuosidad.
Por el este veremos surgir la constelación de Tauro y más tarde el cazador Orión, que alcanzará su máximo esplendor durante las noches de invierno. Y alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche Cisne, Casiopea, Osa Menor y Jirafa.
Actividad solar
Como bien saben la actividad de nuestra estrella se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias que en la Tierra suelen producir alteraciones en la propagación de las ondas de radio y una mayor presencia de auroras polares.
Se trata de una actividad que sigue un periodo de aproximadamente once (11) años asociado al ciclo magnético del Sol. En la actualidad nos encontramos en el ciclo solar número veinticinco (25), iniciado en diciembre de 2019 y que, según las predicciones, alcanzará su máximo en julio de 2025.
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