(Continuación) Sí sabemos en cambio que el morlaco masó cuatrocientos noventa y cinco kilogramos (495 kg), llevaba marcado en el lomo o costillar el número identificativo 21, era de color negro entrepelado con tintes cárdenos, bragado, de pitones astigordos y fue el quinto toro de la corrida.
Y, a lo que vamos, la razón de no portar el guarismo es meramente legal y temporal. Hasta diciembre de 1968 no se legisló por decreto que constara impreso en la piel del cuadrúpedo el último dígito de su año de nacimiento, me refiero al año ganadero, el que aplican en el campo los criadores de bravo.
Una medida de tiempo que
no siempre se corresponde con la del año calendario gregoriano, usado por casi todo el resto de la humanidad
en la actualidad, y que no es que sean diferentes, no hay ningún tipo de
conflicto temporal insalvable entre ellos, pero, stricto sensu, tampoco
podemos decir que sean iguales. Me explico.
Años ganadero y calendario
Entre el año del calendario oficial establecido en 1582 por el papa Gregorio XIII, cuatrocientos cuarenta (440) años lo contemplan, y el año ganadero usado para clasificar por edad a las reses bravas, solo existe una variante menor que aparece detallada de manera concisa y precisa en la orden de 11 de diciembre de 1968:
‘A estos efectos
(determinar el guarismo a grabar en la paletilla del bóvido) se estima como año
ganadero el comprendido entre el 30 de junio y el 1 de julio del año en que
termina la paridera, entendiendo que ésta comienza en otoño y termina en la
primavera siguiente’.
Es decir, que en
general, el número a aplicar en la paletilla será la última cifra del año en el
que finaliza la paridera y, aunque ya lo hemos
enrocado, vayan un par de ejemplos aclaratorios, uno actualizado y otro
pretérito.
Guarismos del “3” y del “9”
Según el texto de dicha disposición ministerial, los animales nacidos a partir de este 1 de julio de 2022 y no más tarde del 30 de junio de 2023, al ser herrados, tendrán que portar sobre el codillo el guarismo del “3”, ya que habrán nacido en el año ganadero de 2023.
De esta forma, cuando
sean lidiados en 2027 o 2028, cualquier aficionado podrá comprobar su incontestable
condición de cuatreño o cinqueño, un requisito temporal de cumplimiento ineludible
en la actualidad, pero que no fue siempre así, ni mucho menos. Los tiempos, como
las ciencias, adelantan que es una barbaridad. "Don Sebastián", dixit. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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