[Esta entrada apareció publicada el 29 de julio de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
(Continuación) Tema del que quema le decía por lo de las calorías, obvio, y por las frigorías que también, aunque quizás esto no sea tan obvio.
En cualquier caso, dos presuntas unidades termodinámicas de la magnitud energía, que son tratadas de forma desigual por la Real Academia Española (RAE) y su diccionario (DLE) de un lado, y por la ciencia a través del Sistema Internacional de Unidades (SI), basado en el sistema métrico decimal, del otro. Mientras que una los admite el otro los excluye, cosas que pasan.
En lo tocante a la parte lingüística, caloría (del latín calor-oris, “calor”) es la: “unidad de energía térmica equivalente a la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de un gramo de agua en un grado centígrado, de 14,5 a 15,5°C, a la presión atmosférica normal; equivale a 4,185 julios”.
Y frigoría
(del latín frigus-oris, “frío”), a imitación
de caloría: “la unidad de energía, empleada en refrigeración, equivalente al
valor negativo de 1 kilocaloría”.
Por el contrario, en el
campo de las ciencias, la caloría (cal), surgida como consecuencia de la
teoría del calórico fue definida en 1824 por el físico-químico francés Nicolas
Clément y desde el principio ese nombre fue el mismo para varias unidades
con diferentes valores y símbolos, lo que no ayudó precisamente a su
implantación.
De hecho, en 1948, su uso fue oficialmente desaprobado por la novena Conferencia General de Pesas y Medidas (CGPM) y en la actualidad no se incluye en el SI, donde se emplea el julio (J) con sus múltiplos y submúltiplos. El equivalente entre ambas lo estableció en 1849 el físico británico James P. Joule, seguro que lo recuerda: 1 J = 0,24 cal; 1 cal = 4,18 J.
Y otro tanto que decir, solo que algo más chusco, de la frigoría (fg) nacida a remolque de la caloría cuando empezaron a aparecer los sistemas de refrigeración (aires acondicionados, frigoríficos o cualquier otro aparato de climatización).
Cuenta una leyenda
urbana que los técnicos la utilizaban para hacer entender al usuario que el
equipo daba aire frío en vez de caliente, a saber.
El caso es que aún hoy, en el Sistema Técnico, se admite la equivalencia de 1 fg = -1000 cal (el signo negativo indica la absorción o disminución de energía térmica en un sistema); ya de la que va, la evaporación de 1 g de agua o sudor produce unas 0,540 fg.
Por cierto, ni caloría
ni frigoría son unidades de potencia como erróneamente algunas veces se
suelen utilizar, seguro sabe que esta magnitud es energía por unidad de tiempo y
así la potencia de enfriamiento de un aparato doméstico de aire acondicionado
está entre las 2000-3000 fg/h. ‘Hace calor, hace calor’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog]
las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
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