miércoles, 24 de agosto de 2022

Proyecto nuclear “Islero”: Desarrollo y parón político

(Continuación) Porque, aunque en apariencia el programa nuclear español se iniciaba con visionarios y exclusivos fines de producción energética, ya lo adelantamos, los planes de las más altas instancias del franquismo tenían también en mente otro objetivo no menos visionario y exclusivo, conseguir armamento nuclear.

Un proyecto secretísimo…

Un doble objetivo que Velarde aceptó en su fondo, aun siendo consciente de la titánica tarea que se le venía encima, pero no en la forma. Con muchos esfuerzos de todo tipo, España podría entrar en el único y bélico club de las naciones nucleares, sería la quinta nación tras Francia (1960), con capacidad para crear al menos cinco (5) bombas en una primera etapa.

Pero sería imposible que lo hiciera en secreto. No falto de razón sabía que, cualquier actividad extraordinaria alrededor de nuestras instalaciones nucleares serían descubiertas e investigadas, bien por la CIA o bien por los servicios secretos británicos (MI5).

De hecho fue el principal escéptico con este formalismo del proyecto y aunque tomó sus medidas precautorias -los componentes de un equipo ignoraban lo que se hacía en otros equipos o, incluso, no sabían cuál era el fin último de sus propias investigaciones- se negó a marcar el proyecto como de “máximo secreto”.

Estaba convencido de que una absoluta reserva sobre el mismo despertaría la curiosidad de la gente. No. Era preferible que los documentos pareciesen unas simples cuartillas de cálculos más, sin mayor importancia. Así el proyecto tendría más posibilidades de escapar al radar del control internacional.

¿… y factible?

Estamos en 1964, el proyecto estaba preparado y en principio era realizable. Además contaba con el apoyo francés ya que el presidente De Gaulle, partidario de la independencia defensiva europea, consideraba del todo necesario que España dispusiese de armas nucleares.

No obstante el ejecutivo temía que su ejecución, dado el enorme tamaño de construcción de su infraestructura, alertara a la comunidad internacional, sin obviar que, aunque asequible, el coste económico y el reto científico-técnico del proyecto era más que considerable. Visto en perspectiva las posibilidades iniciales no parecían ser muy prometedoras.

Pese a ello se mantuvo vigente gracias al apoyo de Muñoz Grandes y Carrero Blanco, principalmente, aunque era evidente que la consecución de una bomba nuclear tendría más obstáculos políticos que técnicos. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


3 comentarios :

Otros seguidores dijo...

¿De qué guarismo era ‘Islero’, el miura que mató a Manolete? Hoy es 28 de agosto.

Un estudiante de 2º de bachillerato dijo...

¿Por qué habla de energía o bomba nuclear y no de energía o bomba atómica? ¿acaso no son equivalentes?

Andrés Tembleque dijo...

Sí, mi profesor física los utilizaba como si fueran lo mismo. A la bomba se le llamó bomba A, de atómica, no bomba N de nuclear.