lunes, 29 de agosto de 2022

‘Hace calor, hace calor’ (1) [CR-192]

[Esta entrada apareció publicada el 15 de julio de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

‘Yo estaba esperando que cantes mi canción’. Con estos dos versos arranca la canción ‘Mucho mejor’, de la banda de música rock hispano-argentina Los Rodríguez, todo un éxito de ventas en España perteneciente a su último disco de estudio ‘Palabras más, palabras menos’ (1995)

Y el de más arriba es el adictivo primer verso por el que curiosamente es conocida, a pesar de que no es ése su título, ya sabe que estas cosas de llamar al continente por el contenido suceden a veces. Tras él, original o impostado, subyace una hedonista letra que le hizo ser una de las canciones más recordadas del grupo, pero en la que no entraremos, bueno un poco sí, ¿qué es el calor?

Desde el campo de la ciencia y en modo prontuario, este término guarda relación con tres acepciones. Una. El calor no es ningún tipo (cinética o potencial) ni forma (nuclear, química, térmica, …) de energía, sino el nombre que le damos a la energía térmica mientras está pasando de un cuerpo a otro; calor es, por así decirlo, energía térmica en tránsito. Dos. Pero también es el nombre que, en termodinámica ¿o es en calorimetría?, se da a este fenómeno de transmisión de energía cuando los cuerpos interaccionan térmicamente; existen otros tipos de procesos: mecánico, electromagnético, nuclear, etcétera. 

Y tres. Además, existe una magnitud física denominada así, calor, cuya fórmula nos permite determinar la cantidad de energía que fluye de un cuerpo a otro; recuerde de la física bachillera que depende de la cantidad de materia o masa, del calor específico y de la variación de temperatura del cuerpo. Luego ya ve, tres significados distintos (energía en tránsito, método de transmisión y magnitud física) y un único término (calor).

Una especie de tres en uno, solo que en línea laica y seis siglos después del propugnado dogma de la Santísima Trinidad definido en 1215 por el IV Concilio de Letrán. Todo un misterio. Perdone la comparativa cristiana de la hipóstasis, pero si se fija es igual, un solo término en esencia, pero trino en significados, con la ventaja de que éste no es un misterio sino otra muestra de la conocida ley de la economía, en esta ocasión la del lenguaje científico. 

Una inexorable e ineludible que impera en todo el Universo, fundamentada en una idea: obtener lo que sea necesario para sobrevivir, pero con el menor de los esfuerzos. Un imperativo cósmico que ningún sistema animado o inanimado que aspire a permanecer en el tiempo en nuestro universo puede obviar, y la ciencia, con su afán de comunicar no es una excepción, ‘Y que abras esa botella, y brindemos por ella / Y hagamos el amor en el balcón’. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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