(Continuación) Desde entonces el mal no ha dejado de esparcirse por su superficie, ya sabe, cosas de la credulidad y la creencia. No obstante, es a partir de fenómenos como la globalización y de campos del saber como la filosofía, la sociología y la ciencia en general, que el hombre empieza a replantearse estas fronteras.
Los límites del mal: Filosofía
En realidad, cuando el ilustrado filósofo y
científico prusiano Immanuel Kant (1724-1804) nos dice aquello de “el
hombre es malo por naturaleza”, no parece que se refiera a que sea ese el
pálpito que prima en él, sino a que el mal es algo que se puede dar en el ser
humano, a que no es ni sobrehumano ni sobrenatural.
Para él, el individuo se mueve entre su principal
inclinación, hacer el bien y socializarse, y alguna que otra pulsión más o
menos opuesta y no tan buena. De modo que no es más que una cuestión del libre
albedrío, ya me entiende, ese controvertido pensamiento según el cual las
personas tenemos el poder de elegir y tomar nuestras propias decisiones
El "mal kantiano" surge cuando en cualquier acto normal de cualquiera de nosotros, miramos alrededor, nos comparamos y, fruto de esta acción, anteponemos nuestro amor propio al bien común. Es así de sencillo o de difícil, al fin y al cabo, de estos mimbres nos hizo el Señor.
Ciencia kantiana
Considerado como uno de los pensadores más
influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal, decir de Kant
que, como científico, tiene algunas más que curiosas aportaciones dignas de
mención.
Durante años escribió acerca de antropología
(fue el primero en introducirla como área de estudio), física, geología,
geografía y astronomía (llegó a formular en 1755 la hipótesis de que
el sistema solar se formó a partir de una gran nebulosa). No
obstante, no es este lugar y momento para su desarrollo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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