(Continuación) Para la ocasión Cannizzaro elaboró un documento a partir de su artículo de 1858 basado en Avogadro, que distribuyó entre todos los participantes, explicando las diferencias entre átomo y molécula, la distinción entre sus masas y proponiendo valores basados en datos experimentales confirmados.
Una magnífica divulgación
científica que inició el entendimiento de muchos problemas acerca de la
composición de los compuestos químicos, piense que por ejemplo en aquella época
se desconocía si la fórmula del agua era H2O o H2O2,
dada la confusión existente.
Sin duda, con la
intervención de Cannizzaro y la distribución de su documento en el congreso, se
empezó a poner orden en la Química, toda una revolución, a la vez que el
segundo de los trascendentales jóvenes asistentes, Mendeleiev, recibía
una inspiración fundamental para desarrollar su icónica Tabla Periódica de
los Elementos Químicos (1869).
Tabla de Mendeléiev. Antecedentes
Una conformada con los 63 elementos químicos conocidos por entonces y ordenados en función de sus pesos atómicos, en puridad masas atómicas, que con modificaciones y actualizaciones nos acompaña desde los tiempos de las clases de química escolares.
La misma que el químico
ruso Dmitri Mendeléiev (1834-1907) fundamentó teóricamente en las ideas que
oyó a Cannizzaro en ese primer Congreso Internacional de Química en Karlsruhe,
del que le recalco dos puntualizaciones más.
Una, fue punto de partida
para la organización regular de los siguientes congresos químicos; otra, terminó
siendo la base de nuevas sociedades químicas nacionales e internacionales que
dieron lugar a la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada)
en 1919, el año del eclipse relativista. De modo que ambos sucedidos, astronómico
y químico, celebran su centésimo quinto (105.º) aniversario.
Docencia y cartas
Esta historia arranca en San Petersburgo a mediados del XIX cuando un joven Mendeleiev -alto, extravagante, y con barba y pelo de un año como mínimo- se dedicaba a dar unas clases universitarias de química a las que podían asistir las mujeres como alumnas y que resultaban de lo más entretenidas y didascálicas.
Ni que decir tiene que
llegaron a ser muy populares y eso que no existía ni un solo libro de texto
elemental de química en ruso que llevarse a la vista, de modo que se planteó escribir
uno. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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