martes, 21 de enero de 2025

El bálsamo de Fierabrás. Ciencia real (y 2)

(Continuación) De hecho, el uso de estos productos naturales no es casual y todos ellos se siguen utilizando de una forma u otra.

Elaborando el bálsamo: aceite

Las palabras aceite y óleo son términos genéricos empleados de forma diferente a lo largo de los tiempos, para designar líquidos grasos de diferentes orígenes (vegetales, animales o minerales) que no se disuelven en agua (H2O) y de menor densidad que ésta.

En la práctica diaria de la botica renacentista el aceite se usaba para la disolución de lo que hoy conocemos como principios activos, a la hora de elaborar cremas, linimentos o ungüentos; un aceite esencial que posee, in vitro, propiedades antibacterianas y antifúngicas.

Por lo que desde siempre se ha empleado en el tratamiento salutífero de los trastornos digestivos, la función urinaria, o como colerético, colagogo y laxante.

Gramaticalmente, al principio, el término aceite designaba únicamente al aceite de oliva, y óleo se utilizaba para todos los demás; un uso que cambió y el de aceite se generalizó para todos (vegetales, animales o minerales) quedando óleo para los sacramentos de la Iglesia católica y en la pintura.

Elaborando el bálsamo: romero

El romero, Planta a la que se le han atribuido numerosas propiedades terapéuticas y con una popularidad tal, que ya en el siglo XVI se incorporó a la farmacopea española llevada al Nuevo Mundo.

Perteneciente a la familia de las Lamiaceae, el romero (rosmarinus officinalis) en la actualidad ha demostrado propiedades como colerético, diurético, espasmolítico y estimulantes, formando parte de numerosos preparados, tanto cosméticos como medicinales, debido a uno de sus componentes, el borneol.

Un compuesto orgánico bicíclico y un terpeno cuya fórmula molecular es C10H18O y su nombre IUPAC le ahorro por prescindible.

Elaborando el bálsamo: vino, sal

No le canso con los demás componentes del bálsamo, ya le escribí sobre los conocimientos terapéuticos de Cervantes acerca de las virtudes de diferentes plantas para distintas patologías y que pertenecía una familia de sanitarios.

De ahí que Don Quijote, en relación con el vino, aleccione a su escudero, primero hablándole del “profundo sueño” -responsable del posterior efecto reparador y quizás verdadero efecto farmacológico del preparado-, y después advirtiéndole: “Sé templado en el beber, considerando que demasiado vino ni guarda secreto ni cumple palabra”. Hasta aquí la panacea cervantina. (¿Continuará?)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


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