miércoles, 5 de mayo de 2021

'Yo, Claudio' [CR-132]

[Esta entrada apareció publicada el 16 de abril de 2021, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

Buscando un libro para un ensayo que me traigo entre manos, se me vino a las mismas un viejo ejemplar que lleva ya décadas conmigo de la conocida y reconocida novela histórica ‘Yo, Claudio’ (1934) del escritor británico Robert Graves (1895-1985) y que arranca con:

‘Yo, Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico Esto-y-lo-otro-y-lo-de-más-allá (porque no pienso molestaros todavía con todos mis títulos), que otrora, no hace mucho, fui conocido de mis parientes, amigos y colaboradores como “Claudio el Idiota”, o “Ese Claudio”, o “Claudio el Tartamudo” o “Cla-Cla-Claudio”, o, cuando mucho, como “El pobre tío Claudio”, voy a escribir ahora esta extraña historia de mi vida…’

Narrada en estilo autobiográfico, nos relata la historia de la dinastía Julio-Claudia en los albores del Imperio Romano, desde el magnicidio de Julio César (44 a. C.) al asesinato de Calígula (41 d. C). Por ella sabemos de la panoplia de desdichas que le rodearon desde niño pues era cojo, sordo, tartaja y, por si esto fuera poco, padecía un sinfín de movimientos físicos involuntarios. Un rosario de dolencias que vistas en conjunto y con posterioridad, algunos exégetas lo atribuyen a que sufría el síndrome de Tourette.

Un trastorno neurológico caracterizado por tics motores y fónicos, que suelen ir acompañados de afecciones concurrentes como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno obsesivo convulsivo (TOC) y otros problemas del lenguaje y el habla. O sea que pudiera ser.

Llegado aquí, no me resisto a ampliarle en algunas cuentas más el sufrido rosario claudino, empezando por su nacimiento prematuro y la intolerancia a la leche de la nodriza que lo amamantaba. Y siguiendo por la malaria, el sarampión que le dejó sordo de un oído, la erisipela, la colitis o la parálisis infantil, consecuencia probablemente de la poliomelitis, que le acortó su pierna izquierda razón de su cojera.

Sin embargo, otros expertos discrepan sobre la enfermedad que sufría y consideran que fue la poliomelitis. Para ellos, sus movimientos descontrolados, atípica marcha y el impedimento en el habla, podrían estar causados por un síndrome pospoliomelítico de origen aún desconocido, si bien se podría relacionar con una degeneración de las células nerviosas infectadas por el virus de la polio. O sea que también pudiera ser.

Por cierto, entre los seguidores de esta segunda opinión se encontraba el mismo Graves que, curiosamente, compartió con Claudio algunas de las desdichadas infecciones, es decir que él hablaba por propia experiencia.

Por poner sólo unos ejemplos, siendo un niño padeció el sarampión, que le devino en una neumonía doble de la que sobrevivió sorprendentemente y, a finales de 1918, enfermó de la mal llamada gripe española. Le dejo naturalmente con él, ‘No hice más protestas ¿De qué servía luchar contra el destino?’.  

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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